Pasando una gripe…, que debe de ser la aviar, o la A, o la porcina… Envuelto en una manta, tosiendo, delirando por la fiebre, con ojos congestionados, un río de mocos saliendo de mis fauces… Recibo la visita de Julián, que me dice muy seguro que no estoy enfermo, que la gripe no existe, y que el Poder está dentro de mí. Vamos, que si no me curo es porque no quiero. Como el Poder Popular, pero individualizado. Esto merece una reflexión.