La cultura de la culpa

Me piden que hable de sexo. Joder, no tengo ni idea. Bueno, a ver qué se me ocurre, diré que una vez fui a ver a Wilhelm Reich a la cárcel, y me decía aquel día, que los sentimientos de culpa son el producto de una educación sexual represiva cuya función es sentar las bases de la cultura autoritaria y de la esclavitud económica. - ¡Ostias! Si esto es así Wilhelm -le respondí de inmediato-, los anarquistas son la gente que folla menos del planeta. No pudo responderme, porque justo en ese momento estaba manipulando un acumulador orgónico, que le pegó una descarga y se quedó tieso. Ataque al corazón -dijeron los del FBI-.

Los anarquistas son capaces de editar revistas y propaganda, para ponerse a parir a ellos mismos. Pueden romperse la camisa careciendo de muda. Que es muy fácil rasgar la ropa cuando se tiene una nueva de repuesto. En la casa libertaria no. Apenas se levantan cuatro paredes y un techo, sienten que está mal edificado, que hicieron mal los planos…, toman la machota ¡catacrás! y otra vez en la calle. Según Reich, ese impulso culpable y destructivo es motivado por la inhibición del deseo sexual en la infancia. Padres autoritarios y esas cosas. Ya se sabe que los padres, unas veces por estar presentes y otras por estar ausentes, producen multitud de enfermedades.

Pareciera que todo lo hacen mal los anarquistas, que no tienen capacidad, ni fuerza, ni presencia, ni número, ni calidad. Los anarquistas, un tanto acomplejados, asumen la culpa y se echan por encima un cubo de aceite requemado. Como digo, según dice Reich, los anarquistas están muy mal chingados. Más o menos como los judíos con sus lamentaciones, hasta que fundaron un Estado y construyeron armas nucleares…, que no son más que extensiones destructivas del falo.

¿Y qué pasa con los no-anarquistas? Qué se yo, coge a un rey, y pregúntale: que si la matanza de elefantes, que si el yerno corrupto, que si aún se le levanta… Le da lo mismo. Los ricos no sienten remordimientos. No es que no estén reprimidos sexualmente, no, qué va. Sufren las mismas represiones sexuales infantiles que los anarquistas -según Reich-. Pero no se dan por aludidos, porque los autoritarios subliman la represión transformando la energía sexual en trabajo, en objetos de consumo y en hacerle la vida imposible a los demás. En cambio un anarquista reprimido sexualmente, a la hora de transformar la energía sexual en algo, no sabe qué hostias hacer, y siente culpa -según Reich-, y la toma con el compañero de al lado.

Por eso, en materia de sexo y represión, la culpa y la vergüenza forman parte de la cultura de los anarquistas. Es una opinión reichiana, bastante discutible, pero ahí queda dicha. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.