En busca del Poder Interior

Pasando una gripe…, que debe de ser la aviar, o la A, o la porcina… Envuelto en una manta, tosiendo, delirando por la fiebre, con ojos congestionados, un río de mocos saliendo de mis fauces… Recibo la visita de Julián, que me dice muy seguro que no estoy enfermo, que la gripe no existe, y que el Poder está dentro de mí. Vamos, que si no me curo es porque no quiero. Como el Poder Popular, pero individualizado. Esto merece una reflexión.

 

Desde que la humanidad camina de un lado para otro, la gente ha intentado curarse de sus ronchas. mediante el pensamiento mágico, ya que no había antibióticos. Y en eso llegó el siglo XX, con su seguro sanitario, y lo místico se dejó para lo leve. En España, si al Gran Místico Budista le retuercen las tripas y echa sangre, va al internista al galope, no lo duden. El problema de retrasar un tratamiento efectivo, por emplear uno místico en caso de enfermedad grave, no suele darse por aquí -salvo tontos de diploma-. Lo más normal es que el tratamiento efectivo se retrase, porque te dan la cita del ambulatorio para dentro de un año.

 

Dentro del mundillo de la sanción alternativa, hay tal cantidad de variantes que es imposible describirlas todas, así que me centro en la del Poder Interior. La cosa funciona de este modo: un sanador o sanadora, afirma que tuvo cáncer, o algo chunguísimo, y que en lugar de radiarse hizo ejercicios de auto-consciencia, y se curó milagrosamente. Una vez curado, decidió compartir sus experiencias, elabora un sistema para que todo el mundo se sienta feliz. Escriben libros que venden, convocan cursillos masivos, y crean organizaciones que les apoyan… Hay cursillos en los que te pueden dar la bendición por telégrafo. Y desde que inventaron las TICs, por video plasma. Como Rajoy.

 

¿Tengo algo en contra de esos propagandistas del Poder? Nada. Está demostrado que la oración, la meditación, el optimismo, la risa…, facilitan la curación. O que te mueres riendo. Hay montones de estudios científicos que avalan que mientras más pasta pagues, mayor puede ser la curación (y el gasto). Mientras más rico seas, o mientras menos trabajes, más vivirás y más descansado. Por eso los curas son tan longevos.

 

Estas técnicas se resumen en estas sabias palabras, que os doy sin esperar remuneración de ningún tipo: cuídate, confía en la existencia, no te enerves, no te intoxiques, no te esfuerces demasiado, no te tomes la vida a la tremenda, manda a tomar al cabrón de tu marido, a las sanguijuelas de tus hijos, a esa madre dictadora, o a ese jefe jilipollas, y conserva la energía. Y si no te curas, ve al médico que yo no me hago responsable de lo que te pase.

 

Consejo gratuito, eficacia no probada. Poder Interior, hace la digestión. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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