Hay quien afirma que el peor enemigo del Anarquismo, es el reformismo. A ver, eso no puede ser. Yo soy un enorme reformista, y no soy el principal enemigo del anarquismo. Y lo explico. Las personas viven en una sociedad, confían en que a un día sucederá otro que les permitirá seguir viviendo, es decir, que confían en el sistema, aunque les fastidie. Reproducir la sociedad en la familia, en el trabajo, en la escuela, en la cultura…, es –en líneas generales–, reformista.