Esta noche, compañeros y compañeras, se me apareció Jesucristo y me dijo «soy Jesús, cree en mí ateo repelente». Le respondí: «no, no creo en ti especie de majadero». Me regañó: «reptil de poca fe, ¿necesitas tocar para creer?, palpa las heridas de mis manos y de mi costado [las toco, aunque sea antihigiénico] ¿Ahora crees en mí?». Le digo: «Pues no cacho perro, no creo, pero…, ¿puedo tocarte la minga?».