Sus artículos

Ustedes imagínense que están en la llanura de Balaclava, con el regimiento formado ante infinitos enemigos, y se llega el general hasta ustedes, y les pide valor y sacrificio, y a continuación se pone a sollozar. ¿Qué dirían ustedes en el trance? Pues evidentemente que, «¡Ay madre!, ¡de esta no salgo! Llegó mi hora.». Que el jefe pierda los nervios ante la tropa es de pésimo efecto, porque muestra no solo que es un pusilánime con más miedo que vergüenza, sino que la orden es dura, suicida e inútil.

Se trata de un pueblo de treinta mil habitantes. Un par de cientos de personas aguardan a que comience el acto. El sol otoñal calienta la marcha. Pequeños grupos forman corros y hablan de esto y de lo otro. No parece haber prisa. Al final, los organizadores del acto colocan un coche en cabeza, e inician lentamente el movimiento. Lento. La cabecera, según dicta el protocolo, camina seria, como si alguna emoción profunda la turbara. Pero el resto del personal, camina tan tranquilo. Avanzan, se paran y vuelven a avanzar, se ríen, comentan...

Me manda un correo la compañera… Asunción, en el que relata una serie de maldiciones que superan a las de la madrastra de Blancanieves cuando termina el cuento. Para tratarse los nervios, a la tal Asunción se le ha ocurrido ir a un médico/chamán homeópata, que le ha cobrado cien euros por decirle que todas esas cosas malas le ocurren porque ella las atrae, (desempleo, deudas, hijos cabrones, cefaleas, muelas picadas…). Dice que todo está dentro de nuestra mente, y todos podemos conseguir aquello que nos propongamos, con tan solo desearlo con fuerza interior.

De nuevo acertaron los de los sondeos. Así que ya se puede prescindir de todo ese rollo de elecciones anticipadas y  periódicas. Puede ahorrarse el país y los partidos el gasto y la molestia. Cada seis meses, una encuesta rigurosa, y se puede cambiar el Gobierno… Podría hablar de eso. Pero en esta ocasión quiero resaltar que los verdaderos ganadores de estas elecciones, han sido los grandes abstencionistas.

El candidato Rubalcaba ha dicho que si gana la derecha, es porque la izquierda se abstiene. El aspirante detecta que unos cientos de miles de sus pasivos electores el próximo día 20-N se van a quedar en sus casas activamente asqueados. Rubalcaba afirma que los electores de derechas son como más fieles que los suyos. Pues claro. Es que el Parlamento se ha hecho para que manden los ricos, y los que votan a la derecha ya saben lo que pueden esperar de esa gentuza: las sobras.

Ya que se acerca el día de la Fiesta de la Democracia, conviene recordar que el Gobierno es una cosa, y el Poder es otra. El Gobierno ejerce el Poder, pero no todo el poder. Bancos, Corporaciones, Multinacionales, Empresas, ejercen el poder aunque no gobiernen. Hay personas que disponen de muchísimo poder, sin gobernar de manera visible. Y esos tipos con poder, son los ricos, lo que antiguamente se llamaba el clero, la nobleza y los propietarios.

Continúo recibiendo propaganda de pequeños partidos de los que se propugnan para cambiar las cosas, y me piden que comente qué me parece la candidatura autodenominada de «escaños en blanco». Bueno, vale. Brevemente.

En todo este enredo del abstencionismo, y dado que a los chalados de siempre nos sigue dando por no votar, se nos achaca complicidad con los grandes poderes financieros, con los grandes partidos, con la corrupción reinante... El que va a votar a alguien (malo, maloliente y malsano), no sabe cómo conseguir que tú, abstencionista recalcitrante, acabes votando por la opción que él maneja. Y entonces se le ocurre eso de decir que "el que calla otorga y es cómplice del gobierno corrupto..."
 

En esto de las elecciones, la verdad, si se mira fríamente, a quién organiza el evento, y para qué, (pensadlo), lo racional es no asomar la nariz para no percibir el jumeo cuando revuelven la letrina. Pero, bueno, hay gente que dice que si votar blanco, que si votar nulo. Claro, no se sienten contentos con ningún partido de los que se presentan, normal, aunque llegado el caso algunos votarían por los que no se presentan, bien porque no les dejen, bien porque no existen ni existirán.

Dentro del protocolo empleado por diversas organizaciones militares, políticas o mafiosas, para ejecutar a gran número de prisioneros, está el de obligarlos antes de darles el pistoletazo, a cavar la fosa común. Se hace así para ahorrar trabajo a los asesinos, y para eliminar a todos los testigos… ¿A qué venía esto? Ah, sí. Hoy toca charlar del otro contingente obrero, que al toque de corneta, va a dar su voto al partido de izquierdas progresista.

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