A las tantas de la noche se presentaron con tanques y helicópteros, cientos de efectivos de la policía autónoma vasca. Hombres seleccionados, a los que se extirpó parte o la totalidad del cerebro en algún momento de su carrera profesional, cada uno de más de cien kilos de peso, armados hasta los dientes, protegidos con la armadura estilo Darth Vader, se liaron a demoler el Centro Social Autogestionado Kukutza. Avanzaron implacables con mazas, porras, explosivos, bombas sónicas, gases, humos, cañones de agua, transformers… Liándola parda.