Sus artículos

Hablando hace unos años con el doctor Vallina (1), me contaba que en su juventud,  ante el problema de vivienda que padecía el pueblo (casas caras e insanas) montaron los agitadores anarquistas una asociación de inquilinos que llegó a tener cuarenta mil miembros en la soleada ciudad en que habitaban. Exigían la reducción de los pagos por vivienda a la mitad, mejoras sanitarias y de infraestructuras, e hicieron un plan.

 

Ayer se manifestaron por diversas ciudades miles de ciudadanos reclamando las cosas más variopintas. Un movimiento que se reclama en buena medida asambleario y antipartido, ha conseguido agrupar a gentes de barrios diversos en una red de complicidades, unas mejores que otras, al margen de las organizaciones formales clásicas. Los partidos políticos, asociaciones y sindicatos, lo miran con recelo, y se plantean cómo plantar una pica en Flandes.

El mes pasado, una señora medianamente nombrada, publicaba en el diario ABC un artículo de opinión, en el que mostraba su crítica hacia los españoles que no entienden que han de hacer dieta. Por la crisis me refiero.

Hace dos años o así, recibí una petición de alasbarricadas.org. Me lo propusieron con tanto misterio, que al principio pensé que querían que le diese una paliza a alguien… No. Se trataba de escribir artículos de opinión, que tocasen dos o tres tipos de tema: artículos de coyuntura de las cosas que pasan en el mundo, resolución de consultas, ya que la página recibe muchas preguntas en torno a ideología, y mis propias opiniones al respecto de lo que fuese…

Dicen los textos antiguos de las Escuelas Nacionales, que España es la Nación más completa del mundo, ya que todos los productos agrícolas y animales se dan en su suelo, todos los climas  están representados, todos los metales  horadan su subsuelo, todas las costumbres se dan cita en sus pueblos, y siendo sus habitantes hospitalarios, independientes y alegres, de este modo puede asegurarse que la unión de tanta variedad forma un conjunto perfecto, y es España una síntesis verdadera del mundo (1).

Los mercados andan nerviosos, y no hay quien les tranquilice. Le pasa como a mucha gente, que anda mal de los nervios: que si los niños, que si los viejos, que si la hipoteca, que si el trabajo, que si la ayuda, que si me quiere, que si no me quiere... Y no les queda otra que pedir cita, ir a Salud Mental a charlar un rato, y medicinarse para dormir un poco. Pero los mercados no se tranquilizan. Los mercados, no me canso de repetirlo, son los ricos (1).

Un joven, angustiado por sus dudas, escapó de su casa, atravesó las montañas, y consiguió postrarse delante del maestro Chi Fon. El maestro gruñó molesto, ya que era la hora de su dispepsia:

— Maestro, es ¿conveniente la unidad, la dualidad, la trinidad o lo absoluto?

A las tantas de la noche se presentaron con tanques y helicópteros, cientos de efectivos de la policía autónoma vasca. Hombres seleccionados, a los que se extirpó parte o la totalidad del cerebro en algún momento de su carrera profesional, cada uno de más de cien kilos de peso, armados hasta los dientes, protegidos con la armadura estilo Darth Vader, se liaron a demoler el Centro Social Autogestionado Kukutza. Avanzaron implacables con mazas, porras, explosivos, bombas sónicas, gases, humos, cañones de agua, transformers… Liándola parda.

Una nueva y modesta protesta sindical preparan los sindicatos pequeñitos, intentando superar sus minúsculos tamaños, de cara a enfrentar la crisis y todo eso. Me dice uno, puro y tal, que es inadmisible que anarquistas, ajenos a todo tipo de prebenda, se unan con monstruos autoritarios que, sindicalmente hablando, se encuentran engranados en la rueda del poder, y que carentes de análisis certeros, carecen de capacidad para hacer la revolución. O algo así. Y me insta a que me moje y opine.

Una especie de masa bulbosa avanza desde el Puerto de Manhattan hacia el centro de la urbe, disolviendo los cuerpos que toca, y transformando la grasa en energía maligna… O sea: la entrevista que le hace un periodista al empresario Víctor Manuel de la SGAE. Nombre del culebrón: los ricos también lloran.

 

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