Hace unos días comentaba la curiosa incongruencia que implica que se nos diga que los abstencionistas no valemos para nada, y además somos los responsables de que triunfe el fascismo. Total, que se nos plantea que hay que votar a toda costa, porque, total, es un simple gesto que no implica nada, y que al fin y al cabo hay que conseguir un Parlamento benévolo que legisle en favor de los trabajadores.