El miedo a la la la la Revolución

Que dice la Amalia, la directora de alabarricadas, que habiendo quedado yo como último escritor estrella de la web (por deserción del resto), desesperada por completo ante esta cabronada, que me dice que explique un poco de qué va eso de la revolución, que la gente habla sin tener ni pajolera idea. Y he aquí lo que pienso: a mí la Revolución, me da un miedo que te cagas. ¿Que si yo soy revolucionario? Ni de coña joder, ni de coña. ¿Revolucionario yo? Jamás. Y os explico por qué.

Las revoluciones, son inevitables, de nada sirve que yo sea o no revolucionario para que lleguen, y ocurren cuando menos se espera. Los únicos que la vieron venir más o menos, fueron los de la seneté del treinta y seis, y puede que aún así, acertaran de pura casualidad. Ellos y ellas definieron en mayo de 1936, en el IV Congreso de Zaragoza la CNT a la revolución, como un acontecimiento "psicológico" que se forma en la "conciencia colectiva", en un momento histórico de desplome del sistema. Mucho ojo, que no es ninguna tontería. O sea, por un lado la gente tiene la sensación de que ha llegado al límite de lo que puede soportar, y choca con el orden establecido; por otro los dominantes entran en crisis, ven hundirse su ética, sus discursos, su economía y su organización política. Del choque entre una sociedad masiva y descontenta, y unas fuerzas de represión desmoralizadas, desbordadas y pasivas, surge una nueva situación política y social, como ocurrió en la Revolución Francesa, en la Americana o en la Rusa.

¿Que por qué me da miedo la revolución? Os lo cuento en secreto.

Pues en primer lugar, tengo miedo porque no soy un imbécil. Todas las revoluciones sociales, que aparecen en épocas de crisis, van seguidas de una guerra sanguinaria en la que muere el ciento y la madre. Y yo tengo un gran aprecio por mi vida. Por ejemplo y redondeando: en la Primera Guerra Mundial pudieron morir unos nueve millones de rusos entre soldados y civiles. En la guerra civil rusa que vino después de la revolución, perecieron del orden de 12 millones de rusos y rusas, entre combatientes y civiles por todas las causas: tiros, hambre, ejecuciones, epidemias, linchamientos, congelación genital… Desde 1917 hasta 1923. Fallecieron más rusos en la guerra doméstica, que en la propia guerra mundial. ¿Resultado? Una revolución, la rusa, que se llevó a cabo con la promesa de paz, dio lugar inmediatamente una portentosa campaña bélica. 

Y el segundo motivo por el que me da jinda la revolución, es porque todas las revoluciones que han triunfado por las armas, han dado lugar a tiranías de coco y huevo. La violencia en que se gestan encumbra a gente muy peligrosa, y esos tipos, que piensan que tienen una especie de misión histórica, no se detienen ante nada. Y la pasta les incentiva, por supuesto, ya que todo altruista tiene tras de sí, ambiciones políticas y pecuniarias. Y en esa película, los de infantería pintamos menos que nada.

Por supuesto, la Revolución va a llegar, nos guste o no. Se va gestando el "acontecimiento psicológico en la conciencia colectiva", en medio de varias crisis que avanzan inexorables: crisis energética, climática, ecológica, financiera, política, económica, poblacional… Todas estas crisis van a confluir en un momento histórico, indeterminado, impredecible, en que se va a liar parda.

¿Revolucionario yo? Ni en broma. Esa etiqueta se la dejo a los revolucionarios. Un militante no se preocupa por ese enredo de palabras de reformismo y revolución. El o la militante intenta solucionar problemas, educa, organiza, construye, y procura no dejar las cosas peor de lo que están. Porque cuando llegue la Revolución, y lo mismo resulta que ya ha empezado y no nos damos cuenta, si hemos dejado grandes problemas, más difícil y costosas serán las soluciones que nos beneficien.

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ENLACES

En otras ocasiones he tocado este espinoso tema, y os dejo para vuestro deleite algún enlace:

A la mierda con los revolucionarios

Los peores enemigos de la revolución, son los post-revolucionarios