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Fernando Palomares (IWW) en un mal día

Quería, ahora que estamos en verano, comentar alguna cosa del manual del militante sindical, que puede ser de utilidad en momentos de depresión y zozobra, tan habituales en ese entorno, escabroso, tenebroso y receloso, que es el mundo del trabajo, o del tan común de la precariedad y del desempleo. 



Como estamos en agosto, y ni dios me va a leer, voy a aprovechar para quedarme a gusto con el tema de elecciones y la formación de gobierno. Resulta que los políticos de izquierda no han podido ponerse de acuerdo. Oye, es que eso es normal, no tenemos por qué estar de acuerdo en todo. Y por eso, yo no voté.


A cualquier cosa le llaman cáncer

Durante la anterior campaña electoral, los votantes, militantes, dirigentes de izquierda, familiares y amigos, etc., han machacado por las redes a todo aquel que ejerciendo su legítimo derecho a no votar, (votar es un derecho, no un deber) se posicionaba públicamente por la abstención por diferentes motivos, o por ninguno en concreto. 


Nada nuevo bajo los cuernos

A ver, que me llama la Amalia a las doce de la noche, que dice que está desesperada por la falta de noticias, y que me exige por el comunismo libertario, que comente algo de la investidura.

Hay que ver la de tiempo que tardan en ponerse de acuerdo esos manguanes de la política de izquierdas. Llevan desde febrero o marzo lo menos sin hacer el huevo, es decir, deteniendo al fascismo, que fue la consigna. Votar para frenar a la derecha. Ea, pues ya está frenada, ¿no? Se votó, y ahí vamos.

Me preguntan en www.alasbarricadas.org, que cómo puedo tener tanta calma a la hora de hablar con cualquiera, cualesquiera sean sus ideas, sobre todo cuando recibo correos insultándome por los más diversos motivos. Mi abuela (materna) María me lo explicó: toooo eso de la convivencia y la supervivencia, se basa en el respeto. 

En previsión de que vuelva el delirio electoral dentro de unos meses, y algún licenciado venido a menos nos machaque con consignas escritas moviendo un lápiz metido en el ano, vamos a recapitular lo ocurrido en los últimos años.

Entre las múltiples distracciones que me ofrece internet a través del youtube, una ha sido disfrutar del visionado de la entrevista que se le hace a Ada Colau cuando se emociona y se le saltan las lágrimas. Le preguntan si no pensó en dejar la política y llora un poquitín. La he visto primero a alta velocidad que queda muy gracioso. Y luego a cámara lenta es aún más divertido, porque parece que Satán habla por su boca.


Tal vez con un exorcismo...

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