Hacer política... Desde afuera.

En previsión de que vuelva el delirio electoral dentro de unos meses, y algún licenciado venido a menos nos machaque con consignas escritas moviendo un lápiz metido en el ano, vamos a recapitular lo ocurrido en los últimos años.

Quitaron a Cifuentes por la cosilla del máster y del robo en una tienda, y a Rajoy y a Cospedal, y a Santamaría… Pero ahora tenemos a otros, que son peores aún. Quitaron a Casado. Quitaron a Rivera. Y vino la ultraderecha. Y todos y todas, incluyendo a la izquierda, visto el panorama, han dado un paso a la derecha. Yo que sé. Me recuerda a esos atentados del siglo XIX, que mataban al Zar de una puñalada y ponían a otro más malo.

Total, que en el último año y pico, diría que problemas medioambientales y energéticos, amenazas financieras y crisis, problemas de vivienda y empleo… No han resuelto ni uno. Estamos en guerra con Rusia. Hay masacres de inmigrantes. China es nuestro enemigo... A mí me da la impresión de que se pasan los meses, y esos pavos con pinta de sicópatas, no hablan más que de cómo coger cargos, formar Gobierno, hacer referéndums, coger más cargos, formar Gobierno, pillar algún carguillo, hacer un referéndum, y repetir elecciones hasta que salga lo que ellos quieren. No charlan de cómo pillar el dinero a los ricos para transferirlo a los pobres. No. Toooodo se reduce a una cháchara sin fin.

Luego pues… ¿Dónde quedó el asalto al castillo? ¿Dónde está aquella gente que me presionaba para votar, afirmando que sólo desde el Gobierno se cambian las cosas? Ya veis que no.

Lo cierto es que a diario se cambian cosas desde fuera. En negociación colectiva, en cuestiones de vivienda, en inmigración, en derechos sociales… Quienes actúan sobre el terreno son sindicalistas, militantes, trabajadores, mujeres, voluntarios… Y lo hacen contra corriente, en contra de las leyes establecidas, en buen número de casos.

Y hay otra gente que consigue cosas desde fuera de las instituciones: banqueros, grandes empresarios, obispos, militares… Esos levantan el teléfono, y obtienen lo que les da la gana. Y si ven que la gente flojea, pagan por debajo de convenio, no abonan horas extras, y te hacen la pascua a su antojo.

En resumen, que para que las cosas cambien, para poder meterle mano a los problemas económicos, ecológicos, energéticos, sociales, políticos y financieros, más que un Gobierno, lo que hace falta es echarle ganas a actuar desde fuera. Porque de políticos con poder o con ganas de tenerlo, pasan meses, pasan años, y ahí lo veis: ná de ná. O peor aún: peor.