La turra de la Semana Santa de 2023

No sé si se nota que no me gusta la Semana Santa, ni el Barroco cristiano, ni el olor a incienso, ni la música religiosa, ni el resbalarme con la cera... Este año por desidia iba a dejar pasar el comentario de esa majadería, hasta que he leído artículos que exponen lo siguiente: que la Semana Santa es una celebración polisémica, una Fiesta de la Primavera donde ver, oler y comer cosas diferentes. Es un referente identitario para las personas que participan en ella. Proporciona un sentimiento de pertenencia que la sociedad de consumo no puede cubrir, y una resistencia a la globalización. Añaden en la letra pequeña, que es también una muestra de religiosidad.
¿Y si lo dijéramos al revés? ¿Que la Semana Santa es una muestra de religiosidad, aprobada por el poder durante siglos, en la que tras la reforma protestante, la gente para socializar y no parecer judía, o morisca, o hereje, o bruja, se ponía un capirote aprovechando que venía el buen tiempo? Y, por supuesto, era una oportunidad para sentirse miembro de una comunidad, donde si no te adscribes al credo te lapidan o te llevan a la hoguera. No exagero. No olvidemos que el delirio semanasantero actual deriva de la derrota republicana en la Guerra Civil. Vinieron años en los que si uno quería socializar y ser parte de un grupo tenía dos caminos: o hacerse de un club deportivo, o meterse en una cofradía, o entrar en la Falange de las JONS. Téngase en cuenta que sindicatos y partidos estaban prohibidos, y que se fusilaban presos a diario hasta el año cuarenta y pico, con lo cual una estrategia (entre otras) de supervivencia era meter cabeza en esos sitios. La paradoja: los biznietos celebran las fiestas que propiciaron los asesinos de sus bisabuelos.
Verás tú: que yo no le quiero quitar su Semana Santa a Nadie. ¿Es una expresión colectiva de lo andaluz? Sea. Ahí va. Cuando al paso de La Borriquita se toca el Himno Nacional, o cuando el Desembarco de la Legión en Málaga cantan los soldaos que son novios de la Canina, se está oliendo, comiendo y viendo la Nación Andaluza que se resiste a la Globalización Capitalista. Sin problemas por mi parte, que pa eso Andalucía es la región más española de España y la menos globalizada, sea lo que sea eso. ¿Que un rojo masón se planta el uniforme de cofrade y siete medallas de la Virgen caminando descalzo por no sé qué?, allá vamos. No le voy a quitar el gusto. Sin complejos de ningún tipo que los anarquistas defendieron a la Cofradía de la Estrella en el 32 y la sacaron a desfilar. Por lo de la polisemia. Que cada cual haga lo que le dé la real gana, faltaría más. Que cierren las calles, que crujan las vértebras y que colapsen la sala de espera de traumatología los costaleros con la espalda jodida, que no paja ná.
Y ya de paso, que le pongan al neonato el himno del equipo de fútbol a toda pastilla, en cuanto saca la cabeza por el canal del parto. Que pa eso está el padre al quite con el móvil preparao mientras la madre puja como puede. Que estas cosas pasan en la sala de partos y también son muestras de la identidad colectiva y de comer, beber y oler cosas raras. Lo juro.
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Comentarios
¿Qué cada cual haga lo que le dé la real gana...?
Pues hay quien quiere "curar" la homosexualidad de lxs otrxs a golpe de electroshock, y a eso le llaman "terapia". Hay quienes dicen que el flamenco es cultura, cierto, y que por ello debe de estar presente en el sistema de educación de Andalucía. Cuidadito, en cuanto nos descuidemos, también dirán que "los pasos" de semana santa también son "cultura" y de ahí a adoctrinar a lxs niñxs en las escuelas, solo media "un paso". Los policías, desde hace tiempo ya hacen presencia y dan "clases" en varios colegios de la península y eso propicia que se normalice su presencia y que cada vez haya más aspirantes
El anarquismo es hacer lo que
El anarquismo es hacer lo que uno quiere. No lo que se debe, si no lo que se quiere. Lo que se desea. Y si no se quiere hacer algo, bastaría con decir "no". En eso se basa la acción sin coacción. Porque si el anarquismo es hacer lo que está bien, o lo que se debe, acabamos haciendo justamente, lo que no tenemos ganas de hacer. Darle electroshocks a los homosexuales, tras lavarles el cerebr diciéndoles que están enfermos desde posiciones de superioridad, miedo, poder, yo diría que no entra en "lo que se quiere". Entra en lo de "te vamos a hacer una persona normal, por cojones".
capitalistas, fascistas... ellos también dicen hacer...
El control social es una vieja aspiración de quienes quieren tenernos bajo control. Muchos avances tecnológicos y científicos se basan en lo que quieren quienes los financian. Las terapias de aversión se aplican porque hay quienes QUIEREN "corregir" las pulsiones que consideran "desviadas". Cuando decimos qué es el anarquismo, estamos poniéndole una camisa de fuerza. No hay un anarquismo, sino anarquismos y por tanto, no es abarcable con una "definición" reduccionista y que podría ser asumida hasta por un liberal. No se puede convertir la parte en el todo porque en anarquía, el todo es la nada de lxs nadie.
Vale. De momento, para mí, el
Vale. El problema entonces es de lavado de cerebro. Y de control social, que no deseo. De momento, para mí, el anarquismo es hacer lo que me da la gana. Total, si hay tantos anarquismos o muchos anarquismos, el mío, reduccionista, es solo "uno más", No sé si algún día me lo tomaré como hacer cosas que no quiero realmente hacer. Los demás que quieran el bien, o el mal, o salvar el mundo, que hagan –si así lo consideran– lo que deban, lo que les parezca acertado, o cualquier cosa, o nada –aunque no quieran–. Que con muchísimo gusto, no les seguiré el rollo.