El Anarcopesimismo

Estoy en casa de una de mis sobrinas pasando la Navidad en un permiso de la Comunidad Terapéutica. Saco de mi neceser el cepillo de dientes y la pasta para el sangrado de encías, y empiezo la higiene cuando escucho una voz tenebrosa. Es una de las hijas, la de catorce años, que me advierte en tono severo… «¿No sabes que toda esa pasta de dientes está hecha de micropartículas, que escupes al lavabo, llegan al mar, flotan y los pececillos que se lo comen todo, las ingieren, se intoxican y mueren? ¿Cómo puedes lavarte los dientes con pasta, no te da vergüenza?». Realmente me he quedado paralizado, la baba se me cae por la comisura mezclada con la pasta, y horrorizado veo cómo se desliza hacia el desagüe. Cojo tembloroso un trozo de papel higiénico para limpiarlo, y prosigue implacable: «¿Acaso ignoras que el papel que empleamos para el culo, deforesta diariamente miles de hectáreas con resultado de extinción de especies inocentes?». Y en ese momento se me sube a la mente una frase escatológica que no llego a emitir por amor a la criatura. Le pregunto en tono dubitativo… «Y qué puedo hacer entonces?». Pero ya se ha marchado a la cocina, a regañar a la madre por cocinar una tarta de manzana.
Yo, en líneas generales acepto y quiero todas las maneras de entender el anarquismo. Anarcoesto, anarcolootro. A mí cualquier persona que se pone de anarcoloquesea la tengo en consideración, aunque luego no me junte con ella ni para buscar hongos por la salud de mis coronarias, o de mis encías. Pero dentro de la diversidad de anarquismos, hay una tendencia que me apena profundamente y que es transversal porque recorre a todos los sectores anarcos sumiéndolos en un estado de catatonía, sonambulismo y abulia. Son los Anarcopesimistas.
Esta tendencia se distingue por tener a punto una acerada crítica a todo. No importa cuan maravilloso sea lo que has hecho, no importa que perdieras un cojón en la batalla. Aparecerá por allí alguien diciendo que eso se debe a que has incumplido los preceptos del anarquismo, a que te has vendido, a que has olvidado la verdadera finalidad de todo. Con lo cual te quedas como un imbécil, con el belfo colgando. Por ejemplo, planteas una huelga: si ganas, no sirve de nada porque lo que se consigue es incrementar la adhesión al capitalismo y olvidas que nuestro fin es destruir el trabajo; si pierdes, eso se debe a que los dirigentes son unos traidores y unos lameculos; si no se hace, es consecuencia de que los obreros son unos cobardes y las masas de borregos obedientes, imbéciles. En definitiva: todo lo que hagas, o lo que no hagas, tenga el resultado que tenga, será objeto de una crítica acerada: dirigentes, conformismo, traidores, burgueses, vendidos, burócratas que asesinaron a Archinov… ¿Qué queda en esas circunstancias? Bueno, probablemente te surja algún deseo lejano de suicidio, o más frecuentemente la idea de que, como no se puede hacer nada, mejor hacer nada, que es más descansado a la hora de la traición o de la derrota. Da lo mismo.
Mucho ojo con el anarcopesimismo. Puedes acabar más loco de lo que te pertenece.
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Comentarios
A veces leo muertos...!
En el mismo plano de la escena has involucrado a tu sobrina, la devastación del planeta, el sangrado de encías y tu culo, una imagen navideña que si la comunidad terapéutica tuviese constancia y fuese de orientación freudiana, como los gatos, tendrían mucho donde escarbar en esa cropófaga etapa anal. Pero lo más inquietante de todo, es que tal bizarra estampa navideña la reconduces hacia la insoportable levedad sobre la vacuidad de unos supuestos "anarcopesimistas", que no se enternecen ni con una pérdida de escroto.
Como diría un psicoalgo, ¿tal vez poca tolerancia a la frustración, a la crítica o al pelma de turno? Van Gaal, con su manual personal de autoayuda, lo tenía mucho más claro: "tú erres muy malo, tú siempre negativo..., nunca positivo". Puede que Bucay o cualquiera que le imite, te diría aquello de "quédate con lo positivo...". Y así nos ha ido..., ya nadie soporta las historias de miedos alrededor de un fuego. Hoy lo que nos alumbran son las pantallas y no queremos escuchar que alguien nos relate historias amargas de perdedores.
Los ángeles caídos están tan enajenados que en sus delirios sueñan que nunca los quebraron. Luca de Tena los veía como renglones torcidos de las primeras escrituras de dios. Alice Gould, que no es de un material preciado por la intrusión de una vocal tan lejana como la "u", intentaba conectar realidad y fantasía, pero cuando aparece una de las piezas claves, esa alegría que le proyectaba la liberación de verse salir admirada tras los muros, se transforma en la realidad de una pesadilla que ni tan siquiera había imaginado.
La locura es aquello otro muy distinto y extravagante para lo que no existen terapias ni pastillas, y hoy hay demasiado orgulloso de algo que dista mucho de parecerse a cualquier forma de locura. Los locos se pareen más a las enfermedades que crearon sus farmacéuticas y psiquiatras, que a la lúcida melancolía atormentada de lxs enajenadxs.
- agradezco tus mensajes,
- agradezco tus mensajes, siempre los leo con cariño pero no estoy de acuerdo con absolutamente nada de lo que dices. Con nada.
- no he leído nada de esos autores que mencionas y rechazo eso del pensamiento positivo y los libros de autoayuda. No sé nada de Gould, de Tena, ni del resto.
- no sé nada de Freud. No le he leído ni estudiado. Cuando he abierto un libro suyo a las dos páginas me ha parecido un rollo macabeo. Tan solo una vez hicimos una lectura colectiva en voz alta y nos partimos de la risa, con la cantidad de chorradas que decía, y me pregunto cómo es posible que ese señor sea tan famoso. Lo hago extensivo a Joung, a Reich y al resto de la banda.
- creo firmemente que el dolor es algo personal y que nadie tiene derecho a echárselo a los demás ni a compartirlo con los demás. Mi dolor es mío, personal e intransferible. Yo puesto a compartir creo que es mejor hacerlo con cosas agradables y bonitas.
- por último pienso que confundes la locura sea cual sea del tipo que sea, con ser un plasta. Hay muchísimos plastas, que están bien de la cabeza. (Sea lo que sea eso)
- también creo que generalizar "los enajenados", es un error. Seguramente los hay de muchos tipos, tal vez creados por las farmacéuticas, tal vez por otros motivos donde no haya tal industria. Los habrá lúcidos melancólicos, y los habrá que no los aguanta ni su madre
- un saludo.
¡Ya no hay locura!
Apreciado saurio, tu comentario me paree tan interesante como sorprendente.
Dices que "no estás de acuerdo con absolutamente nada de lo que digo". ¿Qué es lo que digo? ¿Que nadie soporta las historias de miedos alrededor del fuego, o que lo que nos alumbran son las pantallas? ¿Que la locura es aquello otro muy distinto y extravagante para lo que no existen terapias ni pastillas?.
El resto no son cosas que diga yo, sino a lo sumo, interpretaciones sobre lo que dicen otrxs. ¿Quiere decir que no estás de acuerdo con absolutamente nada de lo que digo y lo que interpreto que dicen esxs otrxs?
No entender las cosas no quiere decir que sean un "rollo macabeo", y es cierto que Freud, por el cual no siento especial admiración, era cocainómano y abrió puertas que, en una sociedad victoriana estaban bajo candado. Me refiero a cuestiones como la "represión sexual", especialmente hacia las mujeres. O como el "subconsciente", que aunque parezca una invención, abre la comprensión a ciertos procesos de la mente, las conductas y las personalidades, o por lo menos los dota de otras interpretaciones muy alejadas de las que planteaban los alienistas de su época. Sin justificarlas, si no se tiene en cuenta el contexto en el que Freud desarrolló sus teorías, efectivamente pierden importancia y pueden parecer absurdas.
Por otra parte, a Freud se le considera "padre" del psicoanálisis y para entender lo que decía, hay que estar familiarizadxs con esos términos y conceptos psicoanalíticos que introdujo, sino, la lectura puede parecer incomprensible, anodina e incluso hilarante. Es como cuando alguien dice que está "deprimidx". Hoy se ha vulgarizado este término hasta el punto que dista mucho de lo que es una depresión para la psicopatología clínica.
Cuando Freud habla de "perversión sexual", no dice que quienes no sean heteronormativxs tengan alguna perversión, sino que la sexualidad humana es perversa porque, a diferencia de los animales, no tiene épocas temporales y trasciende la procreación. Eso en su época victoriana y puritana, era poco menos que una herejía pues la sexualidad no existía más que para reproducirse. Muchas de las cuestiones que anunció Freud, pueden parecernos ridículas o disparatadas, y algunas lo son ("envidia de pene"), pero pasa como en los comentarios que te dejo. Es mucho más difícil hacer lo que tu haces, elaborar un texto desde la pantalla en blanco y según te acuden y se asocian ideas. Luego, comentar sobre lo que has escrito e incluso criticarlo o "bendecirlo", es bastante más sencillo, pues eres tú el que ha abierto un camino que quienes te leemos, ya nos lo encontramos en parte andado y podemos fijarnos en otras cuestiones y detalles.
Cuando decía que me parecía sorprendente tu comentario, es porque aseguras que apenas has leído a Freud y del resto no conoces nada, y sin embargo afirmas que "no estás de acuerdo absolutamente en nada". ¿Cómo se puede estar en desacuerdo con lo que no se conoce? Personalmente he pasado por psicoanalistas que parecían que me escuchaban atentamente, pero luego hacían unas aportaciones demasiado sistémicas e inútiles, es decir, pese a la atención, algunxs no me entendían.
Sacas a relucir cuestiones que ni he mentado y a las que ni tan siquiera me he referido, como "el dolor". Intento hacer un esfuerzo por entenderte, desde cierta complicidad que no tenemos, pero que tampoco te niego. Interpreto que te refieres al dolor íntimo, al psicológico, al que se mueve por dentro sin herida abierta, al emocional que algunxs dirían "del alma".
Los ángeles caídos es como una metáfora o una idea que ha sido utilizada en diferentes ocasiones y desde distintos ámbitos, a veces de forma literal o imaginaria. A primera impresión puede parecer que me puedo estas refiriendo a personajes de la religión, pues lo he equiparado con los "renglones torcidos" de Tena que alude a dios. En mi caso me refería a cómo ha tratado el arte y lxs artistas la cuestión de lxs ángeles caídos y muy especialmente, cómo lo expone Rafael Argullol en uno de sus libros y artículos. Al no desarrollar esta cuestión, me asombra que digas que "no estás absolutamente de acuerdo con todo lo que digo", en vez de preguntarme a qué me refiero, o que no he profundizado, o que por desconocimiento no tienes una opinión formada sobre ello. No es que quiera condicionarte, sino simplemente expongo mi sorpresa ante ese comentario.
Hay opiniones dentro del cristianismo que aseguran que los ángeles caídos, son aquellos que fueron expulsados del "cielo" por desobedecer y rebelarse contra los mandatos de dios. Además ningún cristiano se referirá hacia ellos señalando la crueldad de dios al expulsarlos arrancándoles las alas. Hay otros relatos que ofrecen argumentos distintos. Dejo aquí el de los cristianos, porque es la confesión religiosa de nuestra cultura occidental que, con el tiempo, fue trastocada en catolicismo.
Hay quienes en su estudio sobre los "ángeles"*, dicen que los ángeles caídos "interrumpían la armonía, extendiendo aullidos, caos y miedo". A mi se me antoja que muchas de esas explicaciones de exclusión, aunque digan referirse a ángeles, en realidad hablan de seres humanos, y que es así como los de arriba, los que están en espacios de poder, nos ven a algunxs de lxs de abajo por pensar, sentir y actuar de forma que subvierte y pervierte su orden.
Mi alusión a la enajenación de estxs ángeles, puede gustarte o puede que no estés de acuerdo, pero simplemente remarco el hecho de que si la locura de ahora no es como la locura de antes, es probable que sea porque nos han enajenado y que, pese a ello, nuestros delirios se reafirman en negar la vieja locura, para adoptar orgullosamente la nueva, que en su mayoría está causada por fármacos y su industria, exigencias sociales, carencias afectivas..., e incluso por la propia psiquiatría...
Dicen los relatos bíblicos que a Moisés le habló una zarza ardiendo y eso le legitimó para imponer la ley de sus tablas. Hoy a Moisés le aplicarían una contención mecánica y un chute de cualquier depot antipsicótico. Es chocante constatar que en remotas épocas, dios se manifestaba por todas partes, de ahí tanto personaje santificado, sin embargo parece que dios esté tan cabreado como ausente y nos haya retirado la palabra. Eso o que hay demasiados recursos como para demostrar su inexistencia y por ello, mejor que permanezca callado. Hasta no hace tanto, los que nos hablaban eran seres de otras dimensiones, de otros planos astrales o de otras galaxias y sus formas de comunicarse, son de lo más variopintas y absurdas.
Debo aclarar que no creo en nada de eso "sobrenatural", simplemente quiero hablar de ello para acercarme a la cuestión del "dolor", pues esas creencias tienen demasiada influencia en nuestros sufrimientos. Comentas que "tu dolor es tuyo e intransferible". No pretendía apropiarme de él, ni tan siquiera que nos lo relataras. Cuando el poder arremete con su represión contra un movimiento, golpeando y encarcelando a unx compañerx, aunque el dolor de los golpes y del encierro puedan ser personales, también hay otro tipo de golpes y dolor hacia lo colectivo y el movimiento.
En las terapias de grupo se sabe que las personas pueden progresar, pero si lo hacen individualmente las personas, también avanza el grupo porque es algo vivo. Nosotrxs vivimos en un contexto social y por tanto también nos afecta el entorno y nosotrxs podemos incidir en él. La persona diagnosticada sufre, puede padecer un terrible malestar, sentir un tremendo terror y angustia, estar emocionalmente abatida o desbordada y por cualquier causa como estas, sentir dolor. Desde luego que es personal, pero eso no niega que haya otras formas de dolor que se puedan extender o irradiar hacia el entorno más cercano y afectar colectivamente. El dolor del que hablas, e insisto que intento entenderte desde cierta complicidad, es consecuencia de otros estados que alteran nuestra conciencia y no de una lumbalgia o por rotura de un hueso del brazo.
Te atreves a afirmar que "confundo la locura con ser un plasta". Curioso, porque eso me hace suponer que hablas sobre tu personal experiencia con la locura, que parece muy distinta a mi experiencia. Dices que "puesto a compartir, crees que es mejor hacerlo con cosas agradables y bonitas". Eso también es una forma de expresar el pensamiento positivo que dices rechazar. Pero aparte de eso, fíjate que niegas cualquier abordaje de los malestares a través de la compartición y eso supondría negar grupos como los de apoyo mutuo o de escuchadores de voces, en los que se comparten malestares, experiencias y formas o estrategias personales de abordarlos, para que sean de conocimiento colectivo.
No creo que sea yo quien confunde "locura" con "plasta". He visto demasiadas veces cómo la gente desviaba la mirada o el camino como para no cruzarse con alguien plasta o diagnosticadx. He oído comentarios sobre porqué se eluden a ciertas personas diagnosticadas, y alguno de los comentarios era por ser "pesadxs" o "plastas". Eso me hace suponer que no pueden ver, ni sentir, más allá de su molestia y prefieren ignorar que esxs que se eluden tengan un "dolor" insondable y porque es mejor compartir cosas alegres y divertidas que no las "neuras", sus "paranoias" o "malestares".
Fíjate si confundo la locura, que en la línea familiar tanto de mi padre como de mi madre, la locura ha habitado en casa. ¿Imaginas a dónde lleva eso?. Y no es por buscar la "culpa" de mis males en nadie, ni en la genética... Tu comentario me ha recordado al de un compañero (aunque apenas lo conocía, lo llamo compañero porque era de CNT), que en unas jornadas sobre salud mental crítica en la complutense de Madrid, tras mi intervención en la parte de preguntas y comentarios, públicamente se dirigió a mi preguntando si en el colectivo al que pertenecía, todas las personas estaban diagnosticadas o era mixto. Esa pregunta no era ingenua, sí me pareció inapropiada y un tanto perversa en sus intenciones, pues sospecho que solo pretendía desacreditar los argumentos expuestos, como si quisiera dar más valor a los testimonios de quienes estaban psiquiatriadxs, que a los que no. Es sorprendente porque este compañero, aunque habíamos intercambiado algunos mensajes de email, desconocía mi situación, pero eso no le impedía exponer públicamente sus prejuicios, no como crítica, sino como descalificación hacia lo que había expresado.
Hay quienes han sido diagnosticadxs y se creen más a lo que les dice el psiquiatra, que a lo que realmente sienten. Un amigo personal y querido, con el que había pasado algunas vicisitudes, se casó, tuvo un hijo y pocos años después se separó. Hasta ahí todo parecía seguir su curso. La separación y ruptura afectiva, no aceptada, le llevó a algunos excesos, de manera que necesitaba justificarlos y, por ese malestar frente a sí mismo y lxs demás, decidió ir a un psiquiatra porque su sociabilidad con lxs compañerxs se había visto seriamente alterada. Tras varias sesiones y tratamientos, harto de que el psiquiatra apenas le explicara qué le pasaba y sólo lo medicaba, le preguntó qué es lo que tenía, a lo que le respondió que era bipolar, lo que antes se llamaba "maníaco depresivo".
Este amigo desconocía qué es eso de ser bipolar, pero como el psiquiatra le puso un diagnostico, se acercó a la asociación de bipolares a conocer y ver cómo podía superar lo que le pasaba. Al cabo de bastante tiempo, me lo encontré y me relató su historia. Lo más paradójico es que había asumido la personalidad bipolar, tal y como se la habían explicado en la asociación, y a partir de ahí, ya tenía una forma de justificar cualquiera de sus acciones y excesos sin "remordimiento" alguno. Como le habían dicho que lxs bipolares eran impulsivxs, él fue impulsivo. Como le habían explicado que necesitaban follar mucho, él se imponía follar y casi siempre lo hacía con alguna mujer bipolar de la asociación. Además, le habían la bipolaridad de personajes muy reconocidos y famosos y se sintió como "tocado por la mano de dios". Era como esas tablas que había bajado Moisés del Sinaí después de hablarle la zarza ardiente que, tras destruirlas, las rehacen para obligar a cumplir todos sus preceptos y alejar a los falsos dioses. Abandonó la responsabilidad de sus actos para acogerse al asilo de miles de excusas.
Quisiera puntualizarte que en mi anterior comentario, en parte alguna he generalizado con "lxs enajenadxs". Tal vez inconscientemente lo haya hecho en alguna otra ocasión, pero no en la que comentas. He dicho concretamente que "los ángeles caídos están tan enajenados...", y con eso tampoco pretendo hacer alusión a que TODOS los ángeles caídos estén enajenados, sino a un grado de enajenación. Si dijera que la clase trabajadora está enajenada, en mi opinión no sería un error, pues lo estamos aunque haya quienes la combatan o resistan. Solo hay que ver el tipo de sociedad occidental industrializada en la que vivimos y fuera de la occidental, tampoco parece que les vaya mucho mejor. La enajenación de la que hablo es a la que se refiere Feuerbach e influye y amplía Marx y el marxismo (https://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_Feuerbach#Concepto_de_Enajenación_(alienación)), de manera que aparece tanto en el plano de la conciencia, como en el real o el mental. Al aludir a las farmacéuticas, sospecho que solo has contemplado a lxs mentales.
Insistes en la idea de "plastas" o "que no los aguanta ni su madre". ¿Recuerdas? Decías que era yo quien confundía "locura con ser un plasta". Tal vez a mi me sientas como otrx plasta y no como locx. Mi referencia a los "lúcidos melancólicos", venía a cuento por la historiografía que hace Fernando Colina sobre la melancolía (https://www.laotrapsiquiatria.com/2009/06/fernando-colina-la-causa-de-la-melancolia/) como la psicosis por excelencia en el pasado, hasta que la psiquiatría la diseccionó y descompuso en diversos trastornos, ocupando la esquizofrenia, a partir de ese momento, el lugar "privilegiado" para las psicosis.
Es probable que seas tú quien confunde a lxs melancólicxs con "plastas" o incluso con "anarcopesimistas", a quienes te refieres como lo peor. Si existen "anarcopesimistas", ¿significa eso que hay también "anarcoptimistas"? Y si los hay, ¿son estos partidarios del pensamiento positivo? Positivo y negativo, son solo criterios de valor subjetivos y aspectos de lo mismo, pero hay una cuestión que no deberíamos obviar. Por lo general, no son los negativxs quienes se quejan de los positivxs, sino al revés, y eso debería de abrirnos a nuevas dudas.
*Aunque personalmente me pueda parecer una pérdida de tiempo realizar un estudio sobre los ángeles, hay a quienes les parece interesante profundizar sobre esta figura y su iconografía por tener un papel destacado en la cultura.
"No estás de acuerdo con
"No estás de acuerdo con absolutamente nada de lo que digo". "¿Qué es lo que digo?"...
Pues todo, absolutamente todo lo que dices. No estoy de acuerdo. No pienso como tú. ¿Que por qué? Pos por qué va a ser... porque sí. Yo abro un libro, leo dos páginas, y sé si me gusta o no. Y si no me gusta, el autor va a la papelera. Contigo, por el hecho de ser comentarios a mi texto, creo respetable leer la respuesta completa. Tengo que hacerlo por partes, y llego a la conclusión de que no, no estoy de acuerdo con nada de lo que dices. ¿Que por qué? Pos porque sí. Porque el dolor es algo personal, propio, de uno. Y no tenemos derecho a echárselo encima a los demás.
¿Nos quedamos sin poetas malditos o los maldecimos?
Echar autores a la papelera "porque sí".
En momento alguno he pedido, ni exigido que "eches encima tu dolor" a nadie o que deba ser así. No es una cuestión de derecho o no derecho. Es inevitable que para muchas personas, su dolor no quede encerrado en ellxs mismxs y la prueba es que causamos dolor a lxs demás cuando lo sufrimos.
Entiendo que te propongas que eso no pase, pero pasa. Y, me parece que, no puedes exigirle a nadie que adopte tu manera de asumirlo. Es tu experiencia, nada más. Y repito, puedo entender que alguien sienta que "ya tiene suficiente con lo suyo como para que otrxs le vengan a contar lo mal que lo pasan", pero es como casi todo, hay momentos, lugares, circunstancias, en las que las personas hablan de su dolor, y eso no tiene que ser obligatoriamente "echárselo encima a lxs demás".
Parece que no aceptas que haya otras maneras de afrontar el dolor, o por lo menos, no aceptas que el primero que pase te explique y comparta su malestar, y en todo caso, esa sería tu manera de ser. Hay experiencias diversas de personas diagnosticadas que escriben sobre sus sufrimientos y lo publican porque sienten o quieren compartirlo, otras lo hacen hablando a través de la radio o lo trasladan a la expresión plástica o creativa.
En mi opinión, el problema podría surgir en lo formal, el formato, el medio, el contexto y hacerlo violentando a otrx u otrxs. Soy consciente que hay quienes se lo guardan para dentro o lo llevan sobre sus espaldas, y eso no lo niego. Simplemente digo que no es la única manera y no hay una mejor que otra, sí, más o menos apropiada, acertada, desacertada, oportuna, inoportuna, pesada, molesta...
Como comprobarás, no suelo ser breve, pero no lo hago para "echártelo encima".
Si no hay una manera correcta
Si no hay una manera correcta o única de valorar un tema o de gestionar un estado de ánimo, y cualquiera puede ser empleada, pues cualquiera puede ser empleada. La tuya por ser tuya, es tuya, y no la tengo por qué compartir ni estar de acuerdo con ella. Si alguien quiere compartir conmigo su dolor, me parece bien. Y si me doy media vuelta y le digo que tengo prisa, lo hago sin remordimiento y espero que a quien sea le parezca bien. Y si le parece mal, pues qué se le va a hacer porque yo huyendo de esos fenómenos me siento de película. Y es así porque yo ya tengo hecho el cupo diario de dolor ajeno al que le dedico aproximadamente entre media hora y una hora diaria, y no puedo gestionar ninguno más, ya que el tiempo es limitado. Y tampoco puedo estar en varios sitios a la vez.
En cuanto al mío me lo guardo, porque he visto y comprobado que el dolor propio lo que necesita es solucionarse, y no compartirse. Quien piense de otro modo, pues vale, hay abundantes partidarios delas terapias de grupo. Yo sigo la teoría de Eduardo Alfonso, decano de la medicina naturista, que decía que ante la enfermedad uno debía de hacer todo lo que podía para alcanzar la salud, y si llegado al punto final no se podía hacer nada más, uno debía soportarla como un hombre. Yo le dije a continuación: "y como puedas, si eres una mujer". Es lo que tiene ser un señor parlanchín. Y el libro del señor plasta va a la papelera. Porque sí.