Thoreau y la vida en los bosques. O ser libre, es adelgazar treinta kilos.

Animado por la lectura de un artículo de Capi Vidal (1), me he decidido a hacer algo insólito: leerme a un clásico, en este caso a Henry David Thoreau, un gringo que reinventó en el siglo XIX la desobediencia civil, la no violencia, y el cómo meter las minas de grafito dentro de los lápices. Es que trabajaba en una fábrica de lápices de la familia. También fue guardabosques, preceptor, maestro, ensayista, agrimensor, corredor de fincas, carpintero, albañil, viajero… Os voy a contar lo que me ha parecido Walden, su obra más… Qué sé yo (2). Siempre que se menciona Walden por quienes conocen esa historia, se dice que Thoreau, jartito de la civilización, se fue a vivir al bosque, y os explico cómo fue la película. Una advertencia: en este artículo omito cualquier mención a otros aspectos de su obra en torno a la no violencia, la resistencia pasiva, contra la esclavitud y contra los castigos corporales en la escuela.
Thoreau se va a vivir al bosque en 1844, con 27 años más o menos. Había sido educado en buenos colegios, en la fe cristiana, protestante, muy espiritual y ascético. Estaba convencido de que alcanzar una elevada espiritualidad, te colocaba en un plano superior. Esa gilipollez es similar a la que tiene mucha peña alternativa, que se cree que meditar mucho te hace mejor persona y más feliz. Menudo montón de mierda. ¿Cómo se manifiesta la espiritualidad en Thoreau? Pues con la unión con la Naturaleza, necesitar pocas cosas, trabajar lo necesario, ser autosuficiente, leer a los clásicos en latín y griego, ser casto… Más o menos eso es espiritual. ¿Y qué es lo material? Pues afanarse con cosas materiales, como tener una casa en propiedad, vestidos de estreno, ganar mucho dinero y acabar la jornada bebiendo vino, mascando tabaco, o haciéndose una paja. Eso es lo que entresaco de la lectura de Walden. Por lo visto seguía a un tal Emerson, un trascendentalista (ni puta idea de qué va eso), y va Thoreau, que piensa que la naturaleza tiene un perfecto reflejo en el pensamiento, y que pensamiento y naturaleza van de la mano, y se planta en el bosque a la vera del lago Walden a realizar su experimento: autosuficiencia, soledad, conocerse a sí mismo, vivir su vida y todo eso.
Resulta que Emerson, su mentor trascendentalista, se había comprado una parcela en el bosque ese, y se la cede a nuestro joven, y en marzo del mil ochocientos cuarenta y cuatro acomete la empresa de hacerse una cabaña. Coge un hacha prestada, empieza a talar pinos, los debasta, lija, endereza, y monta la estructura. En quince días tiene hecho todo menos el tejado… Un inciso.
Hay que señalar que –según describe–, Thoreau no solo es un místico de educación burguesa y adinerada, si no además un experto carpintero y albañil, que debía de estar más fuerte que una mula. Lo digo porque yo he sido un trabajador manual de los bestias, y me asombra el poco tiempo que tardaba en hacer cualquier cosa. Por ejemplo, un sótano para guardar patatas, de dos metros cuadrados por más de dos de profundidad, hasta llegar a un "lecho de fina arena" (toma castaña) (3), y con paredes escalonadas, tarda un par de horas en llevarlo a cabo. Y viene a decir, que fue una agradable distracción.
Para quien nunca haya cogido un pico y una pala, le digo que es una proeza. Yo, que he abierto kilómetros de zanja como peón de albañil, me he agotado encontrando piedras enormes que había que mover con palancas, terrenos en los que rebota el pico, y no digamos el gestionar la tierra sobrante, que tienes que irla moviendo, entrando y saliendo del puto agujero… Yo no abro un bujero de cuatro metros cúbicos en dos horas, ni con dinamita. Pues este fulano que estudia en colegios de pago, y que debía de tener las manos como lijas, describe ese picoteo como aquel que calienta todas las mañanas de forma rutinaria haciendo el agujero con una mano, mientras que con la otra sostiene un libro de Virgilio y declama cualquier porquería en griego clásico. Tiene cojones la cosa.
Es más, cuenta que para poner el techo de la cabaña, fueron a ayudarle los vecinos, y que aceptó ese gesto, "más por establecer vínculos que por necesitarlo". Esta actitud displicente la muestra más veces.
Así que el 4 de julio, comienza a pernoctar en su cabaña, que es un pequeño habitáculo de como dos por tres metros, con puerta, dos ventanas, chimenea y tejado con fuerte pendiente por lo de la nieve del invierno. La chimenea hecha con piedras llevadas en carretilla desde la laguna. Dentro hay un camastro, una mesa, dos sillas… Y a vivir. ¿Y en qué consiste vivir y ser libre? Pues en preparar el condumio diario, sembrar judías, dar paseos por la tarde hasta el pueblo, leer a Virgilio en griego…
La dieta que seguía era la siguiente: arroz, harina de centeno, harina de maíz, agua y "un poco" de cerdo salado, sal y melaza (ver cita nº 5). Recolectaba verdolagas y bayas, y una vez se comió una marmota que se zampaba las judías que plantaba, aunque señala que no le satisfizo la carne más que momentáneamente. También pescaba, lo que pasa es que se comía los peces como sin ganas, casi con asco, teniendo mucho mejor apetito con la harina de centeno y el arroz, que consumía con gusto porque era aficionado a la filosofía de la India.
Como agricultor plantó 12 kilómetros de surcos de judías. Abrió los surcos con un caballo y un mozo que alquiló, y llevó a cabo la escarda, recogida, trilla y transporte a mano, lo cual es un curro considerable de la hostia. Cada planta llevaba una separación de metro y medio, dato a tener en cuenta. No empleó abonos por considerar que ya crecían anualmente muchas plantas sin necesidad de él, muy inquietante. Resultado: el primer año le reportaron las judías unos beneficios de 8,72 dólares (4). Teniendo en cuenta que la alimentación le costaba 27 centavos a la semana (5), y que el año tiene 53 semanas, y que el segundo año no salió ni una mata de judías por haberse agotado el terreno… Yo diría que con los ocho dólares y pico, tuvo para comer ocho meses de veinticuatro.
En resumidas cuentas, que si Thoreau no hubiese dispuesto de sus ahorros como jornalero, y si Emerson no le hubiese dejado su terreno, y al segundo año no hubiese salido de najas y vuelto al pueblo, nuestro héroe hubiese muerto de hambre, tal como le ha pasado a algún incauto inexperto que decide ponerse a prueba pa ver de qué es capaz. Por ejemplo, escardar 12 kilómetros de judías con una azada, y sobrevivir para escribir que ganaste 8 dólares, tiene su mérito.
Y respecto a la soledad del bosque, hay que decir también, que era relativa. La cabaña estaba a dos kilómetros y pico de zonas habitadas, todas las tardes iba al pueblo, recibía frecuentes visitas (cuenta que una vez metió a más de veinte personas en su cabaña de pie, que debieron de estar encantadas), y la familia estaba a mano. De hecho, cuando el recaudador de impuestos local lo mete una noche en el calabozo por no hacer la declaración de la renta, su tía le pagó la fianza. Y también refiere que le gustaba cenar fuera de casa. Todas estas cuestiones no le desaniman para hacer una especie de exposición de principios:
- Obrero: Puedes vivir con muy poco dinero y con una dieta a base de harina de centeno y de maíz cocidas sin levadura, patatas y arroz, y agua. Dicho sea de paso, pienso que ni los esclavos de Arkansas del siglo XIX seguían una dieta tan frugal.
- Hay que desembarazarse de propiedades y objetos, y poseer solo lo imprescindible: ropa, y cobijo. Llega a afirmar que le parecía retiro adecuado, una caja alargada de herramientas de ferrocarril (6), que convenientemente agujereada para impedir la asfixia, facilitaría a su usuario un sueño reparador sin pago de alquiler ni de hipoteca. La imagen que me vino vívida a la mente cuando visualicé dicho cajón, fue la del ataúd del Conde Drácula.
- La castidad es muy conveniente (7). Llama la atención que un hombre que divaga sobre todo lo que se le ocurre para explicar el tipo de chaqueta más conveniente, no diga ni una palabra no ya del sexo, si no siquiera de hacerse una paja por aburrimiento. Tiene su explicación no solo por el rollo del cristianismo, los fakires y la espiritualidad superior, si no porque el ser autosuficiente a lo que te lleva es a estar trabajando todo el puto día, a acabar reventao y a perder peso. Deduzco que estar muy delgado forma parte de ser libre.
- La filantropía es la peste. El mejor cuidado que se puede dar a los demás, es el de ayudarse a sí mismo. Esto es también muy americano.
- Lo de leer a Homero en griego, pues tú mismo/a. Yo lo he intentado y no he podido, porque Homero escribía el griego con unas letras muy raras.
- Dice muchísimas otras cosas y hace descripciones muy chulas del lago. Leeros el libro si os place. Lo que no os recomiendo, es que sigáis la dieta recomendada de Thoreau, porque os va a entrar un tabardillo que os puede llevar a la tumba. La prueba de ello es que nuestro hombre, que no bebía más que agua, que tomaba alimentos biológicos sencillos y vegetales, y que amaba la soledad, sólo resistió dos temporadas en la cabaña, se dedicó luego a otras actividades, y murió a los 45 años de tuberculosis, una enfermedad clásica, de largo recorrido, de las que no respeta a nadie, que lo mismo se pilló en la época en que le da por la vida en los bosques.
En resumen: ni jarto vino me daría a mí por seguir a Thoreau a su cabaña. Le metan la vida natural y sencilla, espiritual y casta, por allí donde no brilla el sol a Buda, a Cristo y a Mahoma. Que mucha gente flipa. Y sin necesidad de drogas.
………………………………………
La obra de Thoureau abarca muchos aspectos y merece la pena echarle un vistazo. Ecología, pacifismo, no violencia, historia natural, antiestatismo liberal... https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_David_Thoreau
NOTAS
- El artículo de Capi puedes leerlo en http://acracia.org/thoreau-la-vida-sublime/
- La versión más completa que he encontrado de Walden, puedes descargarla aquí: https://freeditorial.com/es/books/walden-o-la-vida-en-los-bosques
- Página 30. Habiendo yo abierto agujeros a pico y pala por montones, declaro solemnemente, que jamás llegué a un lecho de fina arena en mis excavaciones. Estados Unidos es un país muy sorprendente.
- En la página 109 del libro expone sus resultados como agricultor, que por cierto, le parecen muy satisfactorios.
- Lo de los 27 centavos y la dieta viene en la página 41. Parece que venía a gastar un dólar con diez centavos al mes en comida. Otros precios que expone son los del alquiler de una vivienda treinta dólares al año, que fue aproximadamente lo que le costó levantar su choza.
- Página 19.
- Página 147.
- Inicie sesión o regístrese para comentar
Imprimir- 2845 lecturas
Enviar a un amigo












![Portal Anarquista norteamericano [inglés]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/infoshop.png)
![Portal Anarco-Comunista [internacional]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/anarknet.png)
![Portal Anarquista [inglés]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/libcom.png)
![Noticias para anarquistas [inglés]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/anarchorg.png)

![Cruz Negra Anarquista [Péninsula e Islas]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/cna.png)







Comentarios
Si no la has visto te
Si no la has visto te recomiendo la película "Into the wild".
No he visto la película. Pero
No he visto la película. Pero conozco el caso de ese chaval, vagamente. Christopher no sé cuánto...
Pues la peli no está mal, es
Pues la peli no está mal, es entretenidilla.
En cuanto a Thoreau, bueno lo que quiere venir a decir el hombre, que si se puede llevar una vida más sencilla, que si hay que respetar la naturaleza, y tal y cual, tampoco está tan mal, pero vaya que el tipo se asentó en una parcela que previamente el estado que apoyaba se la había quitado a los indígenas por la fuerza (como todo).
Nota: Para ser justos hay que decir que fue de los pocos pensadores yankees de aquellos años que se opuso al genocidio amerindio.
Escribió mucho contra la
Escribió mucho contra la esclavitud. Hay que tener en cuenta la Época (EEUU en el siglo XIX, nación nuevecita en expansión) y las ideologías de la época (mucho peso el factor religioso. Defendió abiertamente a John Brown.
https://es.wikipedia.org/wiki/John_Brown_(abolicionista)
En este artículo me interesa señalar que económicamente hablando, su empresa de vuelta a la naturaleza, no era viable para la inmensa mayoría de los mortales, y además hubiera acabado con una muerte por consunción de haberse empeñado en ello. Siempre que se mete uno en un fregado, hay que saber el cómo y el por qué. Y echar bien las cuentas. Que la gente habla mucho de la sabiduría de la Naturaleza, y la naturaleza es inerte, carece de conciencia, de empatía y de escrúpulos, y como te caiga un rayo (natural y biológico), ni te enteras.
De todas maneras yo lo que considero más alucinante de toda su obra, es que consiguiese mover (picar, palear, llenar los capachos, transportarlos subiendo y bajando del bujero ca vez más jondo...) cuatro metros cúbicos de tierra, en dos horas, casi que con placer. En la foto aparece como un lechuguino de hombros estrechos. Es asombroso.
Si me viene a mano veré la peli esa. Pero seguro que acaba mal. Y la verdad, prefiero las comedias, la ficción y las series de vampiros, brujas, dioses y superhéroes. Ahí al menos sé que los porrazos son falsos.