Pues yo más que tú
Enviado por Acratosaurio rex en Dom, 02/01/2011 - 11:35
Un éxito camaradas circulares. Pere Ribes, el de Olot, ha salido del negro pozo de la desesperación. El muchacho, hijo, nieto y biznieto de panaderos, había iniciado estudios universitarios de Filosofía, y se encontraba por su carácter tímido y apocado al borde del suicidio. Os extracto algunos diálogos que tuve con él en mi consultorio.
— Acratosaurio, ese profesor se burla de mí, no entiendo las clases, ni en catalán, ni en castellano, habla rarísimo de cosas muy raras...
— Entiendo… Eso es normal en Filosofía, no te preocupes, es como estudiar un código nuevo, otro idioma, en cuanto le cojas el significado verás que ese profesor habla sandeces. Eso tiene arreglo.
— Todos toman apuntes, asienten con la cabeza, parece como si estuviesen al tanto de lo que dice…
— Naaa, no tienen ni puta idea. Están disimulando.
— Pero es que soy una persona lamentable, ¿por qué soy así?, no me aguanto a mí mismo. Ese profesor se divierte mostrando mi ignorancia de todo, y ni siquiera es titular…
— Entiendo. Vamos a buscarle solución. Piensa: ¿Hay algún ámbito en el que destaques? Piensa bien: cualquiera, algo que tú tengas y los demás no. Seguro que hay algo… No importa lo que sea: la cabeza gorda, mucho pelo… Algo.
Y funcionó camaradas comunistas trinitarios. Costó trabajo pero encontramos un ámbito en el que destacaba de manera absoluta.
Es el problema del “Yo”, del que hablaremos en próximos capítulos. Todo el mundo tiene un resalte de algún tipo. Seguro. Solo hay que descubrirlo. Luego se trata de publicitarlo, de proclamarlo, de visibilizarlo, de que la gente lo palpe y lo haga más grande, provocando así un cambio, una ruptura epistemológica. A medida que de manera revolucionaria se va creando la nueva imagen personal, uno se siente más confiado, la gente lo percibe y le deja de tratar como a un paria.
Le indiqué a Pere que empleara a la hora de hablar en clase, la fórmula de John Wayne: “habla en voz baja, habla despacio y habla poco”. A lo que añado, ya que se trata de filósofos: “que sea oscuro”, como el Oráculo de Delfos, que cualquier cosa que respondía podía servir tanto para declarar la guerra a Esparta como para el parto de la burra. Por último, tenía que acabar la conversación dejando bien claro su don, mostrándolo sin tapujos, e invitando a la comparación.
Y así, una vez sentada esta metodología, Pere, ha destruido a su enemigo, que se ha dado de baja por los nervios. Preparábamos las clases: "Fenomenología del Ser en Jeidegue". Cada vez que el profesor le cuestionaba, Pere iba dirigiendo la conversación a su huerto, frases cortas, de doble sentido, lento como Brando en El Padrino, y acababa la conversación con un inapelable:
“Vale. Pero yo la tengo más larga ”.
Por la visibilización del don de cada cual, lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
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Comentarios
John Wayne dijo "no hables demasiado"
John Wayne dijo "no hables demasiado", que es distinto de decir "habla poco". Es decir "habla lo justo, ni más ni menos"
Máxima de Confucio...
Añadiría al texto la Máxima de Confucio que dice:
"Ver, oír y callar".
Suelo añadirle el colorario de "y esperar" a esa frase.
Acratosaurio eres grande y un hombre de la hostia.
Un placer verte.
Daniel Tordable
El problema del egocentrismo
El problema del egocentrismo es que sabes cuando empieza pero nunca donde acaba. En la historia hay múltiples ejemplos de personas loables (si es que se merecen este calificativo), que se perdieron en los impulsos de su ego. Particularmente prefiero la modestia, aunque sea falsa.
Salud.
Pues yo la tengo más larga
La solución me parece perfecta para este caso, pero el recurso debe ser solo puntual. Para una cosa concreta. Es verdad que hay que vivir con autoestima, que elevarla puede precisar de esa declaración (¿qué diría una mujer entonces?). Pero no se puede pasar uno la vida diciendo que la tiene más larga, porque perdería la gracia. ¿Acratosaurio? ¿Tanta importancia tiene el ego que hay que alimentarlo? Un artículo sobre esta cuestión pido a gritos.