La unión no hace necesariamente la fuerza

Me manda un correo un camarada que me dice:

“¡Camaradas! ¡La unión hace la fuerza! La militancia revolucionaria y el entrenamiento en deportes de contacto, comparten muchas claves: capacidad de masoquismo; conocer a tu tía Constancia; estrategia en juegos de mesa; táctica en barra de bar; parte técnica o teórica (leer); parte práctica (calzar la mesa con el libro); valentía cual torero; arrojo (Edmundo Dantés); decisión de practicar la eugenesia; superación de todo lo dicho, etc…

Si no aplicamos a la militancia antifascista esos deportes, el resultado antifascista es evidente: fracaso a nuestro alcance. Los frutos de una línea política estudiada con detenimiento, podrían llevarnos a la desaparición o incluso al incesto, y estarán a la vista de todo el mundo, como cuando se te olvida abrocharte la bragueta. Por mucho que difamen las empresas de comunicación burguesa, no conseguirán demostrar que somos tan ineptos como aparentamos. En realidad, somos peores.

Si aplicamos el deporte vemos que pasa lo mismo, pero los resultados revierten en nosotros: mejor estado físico (gracias a la desaparición de la curva marxista de la felicidad proletaria); mayor autoestima (lo que se hace en el cuarto de baño); mayor capacidad de concentración (también en el cuarto de baño), y de trabajo en general (tras digerir el primer tomo del Capital), al estar más activos (eso es lo del bífidus)…, y por supuesto mayor capacidad de autodefensa (¡Equipo Actimel!)

Porque la Revolución no es posible sin Equipos de Fútbol y Conciertos Solidarios. Porque sin Peñas deportivas y Grupos musicales el Proletariado está mohíno. Porque sin parrilladas y cerveza el espíritu de Marx y Bakunin se revuelve en su tumba unida. Porque sin deportes de contacto nos veremos reducidos al servilismo del que no practica Vale Todo o similar. ¡Por un Antifascismo Futbolero, Peñista, Parrillero y Cervecero! ¡Porque la nueva luminaria del proletariado sea Rocky V!, ¡la Unión hace la Fuerza!”

A esto respondo que la unión no hace la fuerza.

En un debate entre Rodolfo González Pacheco (1) con Florencio Sánchez (2) en Argentina a principios del pasado siglo, decía uno de los dos, no sé cuál, que la unión de los débiles sólo produce debilidad, y que la unión de las ovejas es la que crea un rebaño. La unión de gilipollas, ni os cuento. Es evidente que para que la unión haga fuerza, antes han de unirse los fuertes. Antes de buscar la unión, tú tienes que ser fuerte.

No basta con tener la unión, hay que tener fuerza. Sólo se consigue fuerza con individuos fuertes. Y la fuerza no se logra en los gimnasios y conciertos, sino en la lucha, que es la forja donde se fragua el militante.

Para ser muchos y débiles, mejor solo que mal acompañado.

Fuertes y unidos (3) por el materialismo circular: lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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NOTAS

(1) Pequeña biografía del compañero Rodolfo González Pacheco en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Gonz%C3%A1lez_Pacheco

(2) Sobre Florencio Sánchez ver
http://aivanarquistas.blogspot.com/2008/02/florencio-snchez.html

(3) Para saber de la fuerza:
Sobre sexo y héroes http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/11316
Sobre héroes y gilipollas http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/11279
Sobre independencia, libertad y fuerza http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/11256