
Cuando empezó la guerra de Ucrania, hubo gente de izquierdas que se quejaba con amargura de que nadie hablaba de lo que pasaba en Palestina. Ahora ya tienen que estar muy alegres, porque no se habla apenas de Ucrania, ni de Etiopía, ni de Mali, y se habla muchísimo de Palestina.
Y al iniciarse la guerra de Ucrania pensé: «Rusia va a ganar». Tiene más población, más industria, más ejército y miles de bombas atómicas (disuasorias). Pero se lió la cosa. La gente de izquierda verdadera puso el grito en el cielo cuando la UE empezó a mandar armamento a Ucrania, y pidió que cesase ese apoyo de inmediato. Yo estaba y sigo estando de acuerdo: nada de armas que son muy peligrosas, siempre y cuando se añada que Ucrania se tiene que rendir y aceptar todas las condiciones de Rusia. Yo, si fuese ucraniano lo tendría muy claro: antes de pelarme el culo de frío en una trinchera cubierta por la nieve y vigilado por drones, yo me rindo. Prefiero que no hablen de mí, a que hablen. Siendo positivos, podríamos decir que la guerra ha servido para que la gente aprenda geografía. Total, frente al Conocimiento del Medio, ¿qué son sesenta mil muertos, cientos de miles de heridos, un montón de trastornos mentales, limpieza étnica por ambas partes y tres millones de desplazados que han perdido sus hogares y no podrán volver jamás? En fin, que si yo fuese ruso, me rendiría de inmediato.
Y con respecto a Palestina, pues más de lo mismo. En los vídeos de propaganda de Hamás, se puede ver (por ejemplo) cómo fabrican balas explosivas, fusiles de precisión y hacen agujeros enormes en cacerolas. Ya hay que tener ganas de estar metidos en un sótano en condiciones laborales miserables, tragando metales tóxicos por la escasa ventilación, preparando municiones, en lugar de estar tomando el sol y un té calentito en cualquier parte menos allí. Hay vídeos de todo tipo, mostrando cómo hacen emboscadas a soldados israelitas, a los cuales liquidan uno a uno. ¿Resultado? Una ciudad hecha fosfatina, que cuando todo esto acabe, van a tener los albañiles que estar escarbando años y más años. Porque aquí cuando se habla de liberar ciudades, lo que hacen los partidarios de los Estados es reducirlas a escombros. En estos contextos de propaganda pero que mala a rabiar, y de discursos patrióticos, nacionales, religiosos, e históricos, básicamente te sueltan la arenga, te ponen la bandera, y hala, a meter cascotes en esportillas. Vamos, que yo me hubiera rendido hace ya décadas, de haber sabido ante quién tenía que rendirme. Ah, y la solución propuesta: dos Estados en vez de disolverlos. Qué locura. No hay bastante con un cáncer, que te quieren poner dos. ¿Qué tiene que hacer Israel? Rendirse, y que pase lo que tenga que pasar. ¿Y Palestina qué tiene que hacer? Rendirse también. Y así paz y amor.
En fin, ahora se habla mucho de Palestina y antes se hablaba de Ucrania… La verdad, yo diría que es mejor que no hablen de uno, visto lo visto. Porque se ponen a hablar de ti, pobre y miserable zangolotino, y te matan o te amputan varios miembros importantes.