Resulta que llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Anna Gabriel, Íñigo Errejón, y en Izquierda Unida (1) en algún momento que otro se adscriben a la metáfora de Durruti. El tipo en el frente de no sé dónde, le dijo a un periodista que él no tenía miedo de las ruinas, porque en el sindicato había un montón de profesionales y artesanos capaces de volverlo a construir todo mucho mejor. Por supuesto, por mí dabuten que los diputados sueñen con Durruti. Mejor que se identifiquen con él que con el Papa Francisco, a ver si se les pega algo del atracador de bancos y justiciero Buenaventura.
Porque, la verdad, Durruti no pega ni con cola con estos tiempos. Hoy día de inmediato le tildarían de "violento", de "antisistema" y de "terrorista"… ¿Y todo eso por qué? Por el simple hecho de devolver golpe por golpe. Ull per ull. Porque, si un abusón te vapulea… ¿Por qué no deberías devolvérsela ampliada? Vamos, que algún tertuliano se encuentra al volver la esquina con el bondadoso rostro de Durruti, y es que se caga hasta los calcetines.
Bueno, la gente de izquierdas fantasea con Durruti, o con la perpetua sonrisa del Vendetta. En el oscuro fondo de sus negros corazones, late un infierno de ira y desquite, y se imaginan a ellos mismos lanzando cuchillos certeros al cuello del trust de gobernantes&financieros, o del guarda de seguridad de Mercadona que te mira mal. Pero como el enemigo es muy grande, muy fuerte y encima tiene a buena parte de la población convencida (a base de palo y zanahoria), prefieren decir lo del corazón, que es como que más romántico para el día de las elecciones. Mucho ojo compañeros y compañeras electoralistas, porque esos sentimientos reprimidos pueden causar dispepsia y hemorroides. Hay que darles larga, expresarlos sin limitaciones. Eso dice mi siquiatra.
Lo malo de esa libre expresión de sentimientos, es que acaba uno en la cárcel. Ahí tenéis al Paco Cuevas, uno de Jerez, que van tres veces ordenándole que vaya a las mesas electorales, y él erre que erre que no, y venga juicios, y venga camisetas, ya hay que tener mal fario… ¿Y me piden que yo vote? Amos anda.
Una cosa está clara: no pueden meter a todo el mundo en prisión, tan solo a unos cuantos miles. Por eso, mientras más amplia sea la respuesta, mientras más decidida la insurrección…, más llenas estarán las prisiones de activistas sociales, y mayor y más contundente la respuesta que saque de ahí a todos cuantos por causa de resistencia al sistema, purgan infames e injustas penas. Durruti no lo hubiera dudado: hubiera derribado las alambradas, abierto las fronteras, demolido las cárceles, expropiado a los ricos… Y no nos hubiera dejado más que las ruinas, porque vamos a heredar la tierra.
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NOTA
(1) Un breve rastreo por la red muestra que la frase de marras está en boca de personas de lo más variopinto. Por ejemplo Sol Sánchez, Diputada de Unidad Popular refiriéndose al anagrama de la Unidad Popular, coalición Podemos-IU: Este nuevo símbolo del corazón me remite a una cita sobre las ruinas a las que nos llevan los poderes financieros: “Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar más que ruinas. La burguesía tratará de arruinar al mundo en la última fase de su historia. Pero llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Y ese mundo está creciendo en cada instante.” * Ése es el corazón que nos representa. Y creo que esta vez, ese mundo, salimos para ganarlo.
* cita de Buenaventura Durruti