Hay buenos compañeros y compañeras que, viendo el mezquino comportamiento humano, se vuelven unos cenizos. No entienden los procesos por los cuales un okupa se convierte en propietario, un precario en emprendedor, y un militante en burócrata. A ver.
Cada uno de nosotros o nosotras es un sistema complejo que forja su destino a través de instinto y voluntad. Tenemos tendencias personales, más o menos buenas: sentimos envidia, pereza, deseo… La respuesta a los estímulos se forja en un entorno que nos enseña cómo resolver esos impulsos. Y del aprendizaje de las recetas para resolver las ecuaciones, surge el futuro.
Si vemos cómo ha evolucionado la ética… Bueno, lo que es la bondad y la maldad, sigue invariable desde que nació la Humanidad: la salud es el bien, y la enfermedad es el mal. Pero la respuesta moral sí que es cambiante. Por eso para quienes predican desde la ética, el amor, y la paz, es moralmente aceptable dejar que se ahoguen los niños inmigrantes, o tolerar la pederastia de los curas. Pues sí. La ética personal puede decirte que la búsqueda del placer personal, no haciendo daño a nadie, es el bien, y la moral decirte que si te haces una paja te quedarás ciego y serás frito tras la muerte. Conque si te haces decenas de miles como yo, ni te cuento. Como lo oyes.
Cada uno tiene unos genes que no eligió, y cuya finalidad es expresarse. Ese es el límite de nuestra libertad: hacer aquello para lo que nacemos. Ese es el sentido de tu vida: dar curso a tu tendencia. Cuando nuestros genes se ponen manos a la obra en el ambiente moral que se encuentran, responden a ese ambiente con los materiales de los que dispone. No con los que éticamente desearía Eva en el Jardín del Edén, si no con lo que hay. Uno puede ser más bien genéticamente irascible, pero si se encuentra en un ambiente en el que la respuesta moral, es ponerse en el lugar de los demás, éticamente se va uno al bosque, se lía a pegar voces y ahí termina el cabreo. En cambio si se encuadra en los antidisturbios acaba apaleando mujeres embarazadas, fuente de todos los males… Sí. Ahí funciona tu albedrío, y por eso no eres antidisturbios.
Ambiente y voluntad modulan la respuesta. La respuesta marca la costumbre y la costumbre el futuro. Comprendido esto, vemos que quienes nos dominan emplean todos los trucos de que disponen para controlar el ambiente, la respuesta, la costumbre y el futuro. Y por ello tú, nosotros, estamos ética y estéticamente justificados para emplear la misma o mayor fuerza a la hora de crear nuestra costumbre, provocar nuestra reacción, determinar nuestro destino. Es único modo de cambiar esos chaqueteos: crear el entorno que produzca otra respuesta moral.
El azar te dio cartas. Juégalas con habilidad. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
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PD: pido perdón por haber escrito este artículo del tirón, sin pensar, y bajo efecto de dos cortaos.