Hay personas piensan que existe una Naturaleza Humana, del mismo modo que hay otras que creen que el alma individual existe. O sea: vemos que el Universo se rige por leyes naturales que pueden ser conocidas. Y viendo que dichas leyes afectan a la materia, podríamos establecer la hipótesis de que los humanos y lagartos, que somos materia al fin y al cabo, también estamos regidos por leyes que determinan nuestro comportamiento. ¡Sería fabuloso conocer nuestras leyes, y así enunciar certeras profecías!
Por ejemplo, si los científicos tuviesen en sus manos las Leyes del Hombre, podrían hacer predicciones del tipo: “¡En el 10010 acabará la crisis y se establecerá el socialismo!”. Pero, ay, esas leyes no están descubiertas y, por tanto, los científicos del hombre, economistas, antropólogos, sociólogos, historiadores y sicólogos, sólo pueden predecir cosas que ya han pasado. Es muy cómodo.
¿Se podrían descubrir estas leyes observando con detenimiento el comportamiento humano? Malamente. No hay que confundir leyes, con “lo que hará la gente si…” Por ejemplo, la Gravitación Universal es una Ley, y puede expresarse mediante una fórmula matemática. No cambia, ya dispare un tiro un policía o un truhán. La Ley de la Gravitación es una ley, por así decirlo, popular. Sirve por igual al pobre y al rico, y permite explicar por qué no flotamos. En cambio lo que ocurra en el mundo humano después de disparo + cabeza, dependerá muchos factores, de quién reciba el tiro y de quién lo haya dado. Con independencia de que haya o no un occiso.
Para entender los comportamientos, debemos partir de la observación de la realidad circundante, y darnos cuenta de que nuestra sociedad está estratificada, es decir, la desigualdad entre sus miembros es permanente. Unos mandan, otros obedecen. Unos tienen mucho, otros tienen poco. Esas diferencias de poder, de clase social, determinan el comportamiento de cada cual, no al 100%, pero sí en buena medida. Así podemos predecir que si te quitan los medios de producción y de subsistencia, y te reducen a un estado de dependencia, y estás en el paro, te dejarás caer por el Ayuntamiento a ver de qué manera te contratan hasta que llegues a la cotización para cobrar el subsidio o alguna ayuda. Si además ves que el que protesta se muere de asco, qué te voy a contar.
Eso no tiene que ver con ninguna naturaleza humana, ni con leyes del hombre. El dilema de un parado, es el mismo que el de la rata en el laberinto del sicólogo conductista. No puede más que ir por los pasillos que le dejan libres, hasta que el bicho le da al interruptor y sale el queso. Y si no, fallece de hambre. Fin.
Si vas por el ahí y te topas con la Naturaleza Humana, mira a tu alrededor y busca una buena piedra. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.