Nuevas plataformas agitan el horizonte utópico. Ayer conmocionaban en las elecciones europeas, y visto el éxito, para el mañana se preparan las municipales. Y dado que el discurso que lanzan a los cuatro vientos es el de que hay que hacer “política desde abajo”, ni corto ni perezoso he ido a ofrecerme como cabeza de lista a la alcaldía.
La asamblea ciudadana, comité electoral o como se llame, me ha escuchado muy atenta, y nada, que no puede ser. Por lo visto no doy la talla a pesar de medir más de seis metros. Bueno, pues si no es posible de primera opción, al menos en un puesto de salida, que me designen concejal de Empleo y Servicios Sociales, por ejemplo. Tengo mucha experiencia y eso por visitarlos con frecuencia… Pues tampoco.
Joder. No veas lo complicada que está la cosa para hacer política desde abajo. Vale, pues entonces de asesor con sueldo, porque mi deseo es ayudar a crear movimiento, he ido a clases de zumba en la Universidad de Mayores… Nanay.
La hostia. Imposible meter cabeza. Hay lo menos veinte aspirantes, cada cual con las fauces dispuestas a pegar una dentellada que te arranca las partes y se las come con cremallera y todo. Hay que hacer un proyecto, presentarlo en plazo, qué sé yo.
Pero, afortunadamente, me dejan hacer política desde arriba, es decir, que todo el mundo parece completamente de acuerdo en que saque las bolsas de basura, pegue carteles y monte mesas para recoger avales. Fabuloso.
Las cosas como son, uno intenta hacer suyo un gran proyecto político, ilusionante, se ofrece para un puesto de gran responsabilidad, presenta un expediente limpio de tacha: no tengo cuentas millonarias en Suiza, no me pagan por dar conferencias, como muchas verduras, hago ejercicio y carezco de vinculaciones con E T A… ¿Y no sirvo para hacer política desde abajo? Quiero formar parte de un mega movimiento sociopolítico, (no de un partido, sino de una plataforma para que la ciudadanía ejerza el poder), quiero dar la cara como alcalde, concejal, asesor, técnico… ¿Y no puede ser?
Por si eso fuera poco, resulta que hay negociaciones muy complejas entre diversos comandantes, para ver cómo confluyen y montan la lista electoral. Eso es muy delicado. Eso es medio secreto. Trabajo de fontanería. Eso es hacer política transparente, popular y desde abajo, para que la ciudadanía mande. Pero ahí no puedo meter el hocico.
En fin, que al final uno solo puede ser lo que le dejan ser: un seguidor de las ideas de Durruti, Ascaso y Eladio Villanueva. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.