Recibo estos días un bombardeo de correos, en los que mediante poguerpoin se me muestra lo injusto de la bajada de sueldo de los funcionarios, el escándalo de miles de liberados sindicales que no hacen el huevo, la rapacidad de los capitalistas y banqueros, la inutilidad y cara dura de la casta política, lo injusto de las medidas de austeridad que han de pagar los trabajadores, y la reivindicación izquierdista de que el Estado ataque a los ricos para que paguen la crisis…
Es imposible. Ni aunque el Estado socialista formase a un cuerpo de Inspectores de Hacienda entrenados en técnicas ninja de exterminio y extorsión de ricos (cerbatana, dardo envenenado con curare, el tío de los trajes al Otro Mundo), conseguiría el Estado que pagasen la crisis los ricos. Luego explico porque. Es cierto que las medidas de rebaja de salarios de trabajadores tampoco van a mejorar la situación. Obama, Merkel y el resto de la banda de hechiceros exigen ese sacrificio en el altar, sabiendo que igual podrían sacrificar a un burro en Wall Street, con derramamiento de sangre y posterior distribución de carne asada a los ejecutivos. Lo mismo sí, así recuperaban “la confianza” “los Mercados”. Pero los efectos prácticos del “ajuste salarial”, para solventar la extraña y mística “crisis” que padecemos, son irrelevantes si se tiene en cuenta que al tener menos dinero, la gente gasta menos y así se recauda menos.
En fin, da igual camaradas, no hablemos religión ni de metafísica monetaria (el acratosaurio no la entiende), y vayamos a los hechos fríos e irrebatibles. Dice la izquierda: “la crisis que la paguen los ricos”. Como resulta que todo el dinero real del mundo es creado por los pobres, que son los que trabajan y crean los melones, los tomates, la gasolina y las arandelas de las cortinas del baño, siempre las crisis del capitalismo las pagarán los pobres. Si el Estado le quita dinero a los ricos, en realidad lo que hará será afanar el dinero que los ricos previamente han robado a los pobres (para que haya ricos, siempre ha de haber una inmensa multitud de pobres). Y eso no será más que extorsionar a los intermediarios, cuando resulta mucho más práctico estrujar directamente a los dominados. Es lo más rápido.
Por eso, consciente el Estado Social de lo necesario de eliminar intermediarios inútiles, se dedica a hacer que la crisis la paguen directamente los pobres, que para eso esto es una democracia popular, y quien sea el pueblo (dicen los Dominantes) ha de rascarse el bolsillo. Como decía Tsing Tao, "todo lo que el Estado le quita al pobre, es dinero que no puede robarle el rico". ¿Cómo únicamente podrían pagar la crisis los ricos? Pues muy fácil: poniendo a trabajar a los ricos, y dejando descansar a los pobres. Sin consumo no hay producción. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.