Una alumna me plantea la siguiente e interesante cuestión:
"Nunca he entendido el porqué de la distribución de las aulas de examen de la UNED. Si con el DNI o el carnet de estudiante ya te distribuyen en filas y columnas numeradas mecánicamente (con una máquina) al lado de alguien que está estudiando y examinándose de ingeniería genética o matemáticas, ¿por qué es obligatoria la separación de una o dos sillas entre nosotros? Si te pides una goma o un lápiz porque se te ha olvidado te llaman la atención. Yo sé que hay personas muy listas, pero creo que yo sería incapaz de copiar de alguien que sólo tiene números y vectores dibujados en su papel".
Tienes que entender, que la separación de alumnos en los exámenes es una tradición muy importante en el sistema educativo. Antes de toda oposición o examen, se explica a los alumnos que quienes hacen el examen no son colegas, sino crueles competidores a los que hay que aplastar los huesos entre las fauces sangrientas. Además, es una tradición de los alumnos, que sea como sea han de intentar copiar y eludir la vigilancia de los examinadores, ya que saben -en el fondo de sus corazones- que todo examen es una mierda. Así que por el mantenimiento de la tradición, que es el puntal fundamental de toda nación y de toda patria que se precie, en la UNED hay que estar separados en el trágico momento del examen.
Además, añade que si todos los alumnos estuviesen juntos, los examinadores correrían el riesgo de que los examinados se pusiesen de acuerdo, y cogiendo las cuchillas de los afilalápices, se levantarían en masa para atacarlos y cortarles los gañotes.
Por unos afilalápices de tamaño familiar, lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.