Hoy recibo una carta angustiosa de Joseph del Pimiento. Joseph es un fumador compulsivo por culpa de la crisis económica, y empalma un cigarrillo con otro para quitarse los nervios. Me dice que el banco está a punto de iniciar trámites para arrebatarle su casita familiar (un cuarto piso sin ascensor de cincuenta metros donde viven cuatro personas y un gato), por tres letras (unos 1000 euros en total) que ha dejado de pagar debido al paro. El préstamo lo pidió hace unos años para hacer unas obras. El banco le ha dicho que hipoteque su piso y pida otro préstamo o algo así… Me pierdo en los detalles financieros, porque no soy banquero.

Joseph, lo de hipotecar el piso no es buena idea. El banco lo que quiere es tu dinero, no tu piso, que solo se quedará en última instancia enviándote a los geos. La hipoteca te amarrará aún más al banco. Como es una pequeña cantidad para un obrero de la industria petroquímica como tú, lo que tienes que hacer es lo siguiente: pide una VISA a tu banquero y te la dará sin problemas. Solicítala con un límite de crédito de 1500 euros. Cuando la tengas, das los mil euros al banco y ya no deberás nada de las letras. Y le dices al de la sucursal que la nueva línea de crédito la sumas a lo que ya debías. Con ello el banco se paga a sí mismo las tres letras, queda satisfecho, tú debes casi lo mismo, sales del paso y puedes buscar un empleo en Madeira.

Para que en un mes no te veas de nuevo con el agua al cuello, no compres más tabaco empaquetado. Compra tabaco de liar, una maquinilla y cigarrillos para rellenar, que venden en los estancos. Con ello disminuirás tu gasto en tabaco de unos 400 euros mensuales a 90, sin contar con que el tiempo que estés cargando cigarrillos no estarás pensando en dificultades económicas. Así estarás relajado, tendrás trescientos euros más al mes y pagarás la letra. Y cuando le cojas el tranquillo podrás vender tabaco liado a personas más ocupadas. También puedes rebuscar papas, que ahora hay en el campo.

Otra posibilidad es comprar petróleo y una buena antorcha, pero tal consejo no entra en las posibilidades legales que permite la democracia, que condena la violencia te venga de donde te venga (salvo si las hostias las da la poli). O pregúntale el Enric Durán, que sabe lo suyo de bancos.

Larga vida a los principios trinitarios del anarquismo basados en el materialismo circular: Los que es de todos, es de uno; lo que es de uno, es de nadie; lo que es de nadie, es de todos.