Un traidor, un gallo y el sanedrín.

Aprovechemos que es Semana Santa para rememorar los misterios de los cristianos. Vamos allá. El Martes Santo, según Juan, Jesús cenó con sus discípulos, lavó sus pies, reveló que había un traidor entre ellos, instó a Judas a que llevara a cabo su traición. Lo más importante: le aseguró a Pedro (que presumía de leal y que moriré por ti) que tres veces negaría conocerle antes de que cantase el gallo. Eso fue el martes, antes de la Pascua.

Así que –más o menos– el miércoles (siempre conforme el relato de Juan) los sacerdotes y Judas conspirarían para detener a Jesús sin hacer jaleo, fijarían el precio de la traición, y los discípulos prepararían la Última Cena del jueves.

Ese Jueves Santo (la cronología es importante) cenan, Jesús se retira a orar al Huerto de Getsemaní, fuera de la muralla. De madrugada, cuando los discípulos duermen esparcidos por los olivos, y Jesús sigue reza que reza, llega Judas con la policía, y señala con un beso a su Maestro. Pasan más cosas y, por resumir, la captura sucedió a eso de las tres de la madrugada (viernes).

Triunfantes los polis, se llevan a Jesús a la casa de Anás (un influencer) para interrogarlo, y de allí va al Palacio de Caifás (el Sumo Sacerdote, yerno de Anás) para ser juzgado por el Sanedrín (que no es un medicamento). Oye, un montón de gente vieja convocada a las tantas de la noche. Y aquí es donde quería llegar.

Pedro había seguido a Jesús en su detención, y entra en el Palacio de Caifás gracias a Juan, que era colega de Caifás. En el patio estaban guardias, sirvientes criados y criadas, que habían hecho fuego y se calentaban allí. Menuda nochecita nos está dando el tal Jesús. Pedro va y se sienta con ellos, intenta pasar desapercibido, se echa la capucha, se rasca la barba, se frota las manos, se rasca aquí y allí, comenta el tiempo… Y entonces una mujer metepatas le pregunta si él no es un discípulo de ese. Pedro lo niega, que no, que sí, que no, y así tres veces. Y entonces…, canta el gallo. Se le hiela la sangre a Pedro. Las seis y pico de la mañana. Pedro recuerda acojonado la profecía que le hizo Jesús el martes. Para colmo, en ese momento Jesús sale, escoltado, enmanillado, y le mira con tristeza. Pedro se echa las manos a la cabeza. Ha comprendido. Todo es muy emocionante: la oscuridad, la hoguera que ilumina la escena, Pedro conmocionado, en shock, las mujeres murmurando que ese tío es un discípulo del otro, ¿ese? sí ese, los criados suspicaces, Jesús tropezando hacia el Palacio de Pilatos… El gallo venga a cantar… Y lo que yo me pregunto es…

¿Cómo es que el gallo no cantó ni el miércoles ni el jueves? Porque Jesús le dijo el martes que "antes de que cante el gallo me negarás tres veces" ¿Esperó el gallo hasta el viernes para cumplir la profecía? ¿Era un gallo en concreto…, o eran varios gallos los que había? ¿Fue otro milagro de Jesús el enmudecer al gallo durante dos madrugones? ¿Fue un acto voluntario del gallo? ¿Cómo se despertaron los trabajadores esos días?

Misterios sin resolver. Juan no nos lo explica.

------------------

Glosario:

Jesús: Hijo de Dios. Mesías y todo eso.

Judas: Discípulo de Jesús. Tesorero de la organización. Traidor.

Pedro. Discípulo de Jesús. De armas tomar. Trabajador autónomo.

Juan: Discípulo de Jesús. Era el predilecto, pero Jesús nombra su sucesor a Pedro por currante.

Anás: Sacerdote jubilado. Pero influyente por familia y contactos.

Caifás: Sumo sacerdote. Yerno de Anás.

Sanedrín: tribunal religioso. Lo componían 71 miembros selectos: sacerdotes, escribas, saduceos, fariseos, ancianos, rabinos, escribas, doctores, etc. Es el que condena a muerte a Jesús por blasfemia.

El gallo: testigo principal de la traición de Pedro. Anónimo. Colocado en las veletas es símbolo de la vigilancia, el despertar espiritual y la llamada al arrepentimiento. La Iglesia de San Pedro en Gallicantu venera a dicho gallo. "Cuando escuchéis el canto del gallo, pedid a Dios Su favor, porque ha visto un ángel. Y cuando escuchéis el rebuzno de un asno, pedid a Dios que os proteja de Satanás, porque ha visto un demonio." (Sahih al-Bujari)