Firmo y Legitimo timo timo timo...

He recibido un comentario de alguien que me dice, que siendo yo una buena persona que intenta dar buenas noticias, cómo he hecho una valoración tan negativa de la Reforma Laboral firmada por Yolanda Díaz y CCOO y UGT, junto con la CEOE. Y el motivo es el siguiente: cuando se sufre una derrota sin paliativos, hay que saberlo reconocer. No te pueden dar una paliza, salir con los dientes partidos, la nariz rota, el esternón saliendo por el gaznate, y decir que has evitado que te partan el cuello, y que eso es vencer. 

Y es que lo peor no es que se haya firmado otro pastiche, si no el tema de lo simbólico, Os lo explico y es solo mi opinión:

La reforma de 2012 la sacó el PP por sus cataplines, sin negociación ni hostias, y metió ahí lo que le dio la gana. La hizo por cojones, sin consenso.

Por ejemplo, una cosa de tantas: después de la reforma laboral del año 2012, sólo teníamos derecho a los salarios de tramitación en caso de reincorporación al trabajo después de un despido, ya sea por un despido declarado improcedente o declarado nulo. 

Para quien no haya ido nunca a juicio, el despido improcedente es un despido con indemnización, y vas a la calle tan panchamente, porque el que el empresario incumpla con la ley o con lo acordado, no quiere decir que te tenga que readmitir. Los salarios de tramitación eran los que percibías cuando ganabas un juicio por despido improcedente. 

O sea, estás en una obra, y el jefe decide que te echa. Tú no estás de acuerdo y vas a juicio, y ganas y el juez declara despido improcedente. Bueno, pues aparte de lo que te corresponde, tú cobras los salarios dejados de percibir desde que se produce el despido hasta que hay sentencia, que pueden ser varios meses que has estado sin trabajar, dependiendo de lo que corran los trámites. Eso eran los "salarios de tramitación".

Tras 2012, si te despiden, y el juez dicta sentencia de despido improcedente, no cobras salarios de tramitación desde el despido a la sentencia. Por los cojones del PP. No sé si me explico.

O dicho de otro modo, antes de la reforma laboral de 2012, además de la indemnización por despido improcedente, se tenía derecho a los salarios de tramitación, haciendo los despidos más costosos.

Y ahora..., al acordar en 2021 sindicatos y socialdemócratas que los salarios de tramitación siguen sin percibirse en caso de despido improcedente, se legitima en medio del consenso esa imposición. Ya no es el PP. Ya son sindicatos y socialdemócratas que consideran que eso hay que aceptarlo. Y se saluda ese acuerdo como maravilloso. Implantado por la izquierda, que acepta la imposición del PP.

O sea: victoria de la patronal, que sigue con su agenda de ganar pasta como sea, poniéndose medallistas de héroes mientras cobran del presupuesto. Eso es simbólico. Eso es espiritual. Eso es fuerza. Y hay que saberlo reconocer. Porque si no, llegará el día en que te partan el cuello, y digas "gracias amo".

 

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