Bulos, crédulos y dictadura burocrática frente al consumido vulnerable

Estos días no dejo de toparme con gente que me descubre bulos, mentiras, estupideces, que corren por la red, en lo referente a vacunas, sueldos pagados por magnates, inmigrantes que tienen coches y cosas de lo más variadas. Y también leo artículos (los titulares) en los que se nos explica por qué la gente es crédula y acepta de forma sistemática, relatos espeluznantes.

La verdad, no sé a qué viene tanta revelación. La gente es crédula. Nos gustan las historias y los cuentos. Por ejemplo, esa película de que después de muertos recibiremos o un premio o un castigo… ¡JA! Esa sí que es una buena historia para crédulos por miles de millones. Desde el "Creo en Dios todo poderoso" al "algo tiene que haber" O incluso el "puede que haya argo porque no hay seguridad de que…" Montones y montones de personas creen en algún tipo de fantasma, espíritu o esencia que sobrevive pahí tras la defunción. ¿No es el colmo de la credulidad?

Así pues, no cabe mucha especulación en torno a por qué la gente sigue votando a una partida de trepas de escasos escrúpulos. Vienen las elecciones, les prometen cuatro unicornios rosa, y hala, a echar la papeleta aún cuando revienten de decepción a los cuatro días.

Por supuesto en esto caen gente de derechas y de izquierdas, ahí va. Pero yendo a la izquierda, que es la que promete y manda ahora, hay veces que me resulta tan interesante el observar el comportamiento seguidista de estos congéneres, como cuando quedo fascinado por la visión de un bicho con un montón de pelos y patas. Charlando apaciblemente con un votante de estos esta mañana tomando un café, cuando le suelto que para mí todos los políticos son iguales más o menos, se indigna, y me asegura que ningún Gobierno ha tomado tantas medidas de protección contra los más vulnerables (lo dijo así), como este que tenemos ahora. Y me mencionó lo de la prohibición de los desahucios, la bajada de alquileres, la subida del salario mínimo, el ingreso mínimo vital y un último decreto de protección para el consumidor vulnerable a cuenta de la subida del precio del kw. Y esto último me ha llamado la atención. Ya en otras ocasiones me he cagado en los muertos de esta dictadura burocrática, pero lo de consumidor vulnerable me ha hecho buscar el Real Decreto-ley 1/2021, de 19 de enero, de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica. Y me lo he leído más o menos, hasta que me han empezado a sangrar los ojos, los oídos, una fuerte opresión en el pecho, una angustia que no me abandona…

El texto es tan retorcido, tan barroco, alude a tal cantidad de escritos previos y deja en el aire tantas cosas y requisitos, que si Góngora lo fuese leído –pura envidia–, de inmediato fuese buscao una espada para batirse en duelo a muerte con quien fuese autor del engendro en medio de la pandemia. Eso no es algo que una persona medio normal pueda leer, y mucho menos un consumido vulnerable. Eso lo tienen que interpretar siete licenciados en Derecho con varias tilas a la vera.

A lo que voy, es que a la gente le gusta creer cosas, que el Gobierno de Progreso la sigue cagando, y que la luz sube de forma coyuntural permanente, ya que no hay que nacionalizar nada, ni echar a esos consejeros a patadas. Y que cuando la coyuntura se repite, no es la excepción. Es la moda. La coyuntura permanente.