Por el derecho a No Decidir. Caso de Nuria Zurita.

Dentro de las labores que con infinito sacrifico llevo a cabo en pos de la cosa, me he leído la sentencia condenatoria de Nuria Zurita por delito electoral en modalidad de falta de concurrencia… Vamos, que no acudió a constituir una mesa electoral.

El magistrado invoca la Ley Orgánica 1/85 que en su artículo 143 determina este deber y la pena que se impone de entre tres meses y un año de prisión, y seis meses y veinticuatro de multa a cantidad a determinar por día. Todo ello lo evalúa el magistrado que decide si la funde viva o le mete un multazo, que a una persona pobre, sin trabajo y sin subsidios puede ser sumamente dañina.

El magistrado, no obstante estar todo clarísimo, ya que la acusada reconoció los hechos y su negativa está basada en su conciencia que le impide participar en esa farsa democrática, se esfuerza en fundamentar su sentencia. El buen hombre afirma que es verdad que en los últimos años, (o siglos diría yo), las instituciones están de capa caída con tanta corrupción y todo eso. Pero que, atentos: hay una Ley; la Ley es justa porque emana del Pueblo; y hay que cumplirla ya que la Democracia permite con su flexibilidad y su bondad, transformarla desde dentro pacíficamente, incluso hasta llegar a un punto en que Gobierno y Pueblo se fundan, tal como establecen las ideas libertarias de la acusada. 

Es sumamente intrigante el argumento del ponente de que las elecciones han sido algo muy deseado, que hubo tiempos en los que no las había, y que hubo y hay gente que dio la vida por ellas. A ver, cierro los ojos e intento ver al juez arriesgando su vida para que se constituya una mesa electoral, y por más que lo intento no lo consigo. En cambio viene a mi mente una y otra vez la forma de un conejo morado con alas y sombrero charro… Pero bueno, la verdad es que sí que hay gente que está dispuesta a perder la vida por las cosas más extrañas. Por dios, por la patria, por el rey, por el marido… De modo que, ¿por qué no por las elecciones? Ya veo a montones de españoles dispuestos a morir por las elecciones al Parlamento Europeo, oh, sí.

Así las cosas, pues que la condena por ejecución personal, material, directa y dolosa de conducta sujeta a reproche, aplicando una atenuante de dilaciones indebidas de carácter muy cualificada por haberse tardado seis meses en juzgar el asunto. Traduzco: 270 euros de multa por no tener un duro, más las costas que sabe dios cuánto serán.

Señor juez, qué duda cabe de que deseamos el derecho a no decidir sin que nos multen. Por eso queremos que haya elecciones democráticas: para no votar en ellas. 

Nuria Zurita condenada. Pero colaborar, no colaborará. Lo que es de uno es de todos, los que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.