Occidente sale de paseo, a universalizar la Justicia

“Justicia”, claman las víctimas de todo, “justicia señor juez, cúmplase la ley”. Y resulta que lo que dice la ley, es un muermo, básicamente reducido a “los ricos tienen derecho a ser ricos, y los poderosos a emplear la fuerza, y te jodes”. Porque una cosa es la ley, algo circunstancial y cambiante, y otra muy diferente la Justicia. Por lo visto la Justicia es dar a cada cual lo que se merece, ni más, ni menos. Lo que establece la Justicia de un acto, es decir, lo que uno se merece, está basado en el Derecho, que es lo que rige la norma de vida de la gente, o sea, la costumbre escrita, que dice que tienes derecho a salir de fiesta hasta las diez, y luego a la cama. O algo peor o parecido.

Las costumbres establecen el Derecho, el Derecho la Justicia, y las Leyes salen del intelecto de los que mandan, en nuestro caso, del Parlamento, o sea, del Estado. Eso es lo que he entendido a fuerza de asistir a juicios, y que se me han esforzado en explicar jueces y fiscales para que comprenda lo que ni ellos mismos comprenden. “Se aplica, y ya está, cojones, y a fin de mes cobramos la nómina”, es el final de tanta literatura. Porque claro, si el Derecho está escrito, y ocupa una biblioteca enorme y cambiante de leyes, decretos, decretos ley, reales decretos, resoluciones, órdenes, reglamentos, normas… Que ni el más pintado puede aprenderse nunca, y que unas matizan a otras debiendo ser interpretadas a golpe de talonario, y que se refieren al “no matarás, a no ser que sea necesario”… A ver quién es el listo de mi calle, que puede saber a qué tiene derecho.

Por su lado la Justicia Universal, disfruta de su existencia como concepto, que básicamente se reduce a crear genocidios y etnocidios, armando hasta los dientes a soldados, ejércitos, milicianos, yihaidistas, movimientos salvadores y demás nombres de la tropa, para dentro de treinta o cuarenta años juzgar a algún general retirado. Salvo si se trata de España, claro, que ahí ni la Justicia local tiene competencia. 

Hay que ver qué raro es todo, es imposible ver claro en la maraña de noticias de la prensa gratuita. Porque todas las facciones en lucha, apestan, y un día son enemigos a muerte, y al día siguiente se dan el apretón de manos. Y así es comprobable, que a lo que tiene derecho la población de Gaza, de Siria, del Kurdistán, de Donbás y de decenas de países, refrendado por la costumbre y aprobado por los parlamentos de naciones civilizadas, es ser bombardeada, que luego no necesitas ni entierro porque tu propia casa te sirve de nicho familiar. Y vete  luego a reclamar al maestro armero.

Por ahí anda Occidente, universalizando la justicia. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.