Dentro del Gobierno, o fuera del Gobierno

El gobierno andaluz, del PSOE, ha advertido a su socio de Izquierda Unida, que “o está con el Gobierno, o está fuera del Gobierno”, (1) porque como dice el refrán, no se puede estar repicando y en misa. Viene el dicho a cuento de que los izquierdistas unidos, solicitan al Ayuntamiento del PSOE “luz y agua” para familias ocupas de Sanlúcar de Barrameda. Y el PSOE, que no quiere ser el poli malo de la política andaluza, le contesta a la Consejera de Vivienda de IU, “¡Pues tú negocia con los propietarios!”.

 

No es que el PSOE sea la maldad absoluta. No. Si IU fuese la mayoría, y el PSOE la minoría del gobierno, los papeles se intercambiarían. ¿Que cómo lo sé? Pues porque cuando llega la izquierda al gobierno, deja de ser izquierda. ¿No os habéis fijado? Y eso ocurre, porque cuando llega la izquierda al Poder, se transforma en una nueva clase. Así que vamos a hablar de las clases sociales.

 

Podemos etiquetar a una persona –dicen que dijo Marx–, observando su relación con la propiedad de los medios de producción. O sea, si alguien posee tierras, fábricas, vacas… Pertenece a la clase burguesa. Si alguien trabaja por un sueldo, pertenece a la clase trabajadora. Así sabemos que el Director de una sucursal del Santander, que cobra un sueldo como asalariado de setenta mil euros anuales, es un proletario. Y que Perico dueño del Bar La Diarrea, que no tiene para pagar la luz, es un empresario. Eso es marxismo, que no hay que confundir con lo que dijo Marx, y con eso está todo dicho.

 

Pero como yo no soy marxista, añado que la clase se fundamenta también en la posición objetiva de una persona en relación con el uso del Poder. Siendo el poder, la capacidad de alguien para obligar como sea a otro a hacer algo que no quiere.

 

Ahora imagina que estás en 1918, y que eres un bolchevique en Petrogrado. Abres la puerta de tu despacho, te sientas en la butaca, pones las manos en el escritorio, abres el cajón a ver qué hay, enciendes un cigarro y lees satisfecho el decreto para  dotar de raciones suplementarias de comida y combustible a los miembros del Partido. Tras de ti, el retrato de Lenin sonríe. Por supuesto, ropa nueva. No puede ir por ahí un representante del Estado hecho un andrajoso. Coche, chófer, teléfono, una mesa de billar… Y al poco, tienes una burocracia, una nomenklatura y una nueva clase de cosa. Siempre ha sido así en todos los lugares donde se edifica el paraíso socialista. Y es que quien está en el Gobierno, ve las cosas de distinto modo al que está en la cola del desempleo.

 

Dentro del Estado, fuera del Estado, la única izquierda real, es la que no gobierna. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

 

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(1) http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/07/11/andalucia/1405102857_618990.html

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