Marchas de la Dignidad 2

Te lo cuento y quiero que lo pongas como mejor sepas. Ayer (22-M-2014) cogimos un Seat Ibiza y nos fuimos a Madrid a las Marchas por la Dignidad. La decisión fue de última hora, salimos a eso de las doce de mediodía. Íbamos tres y yo me acomodé en el asiento de atrás. El viaje hubiera sido muy tranquilo, de no ser por la cantidad de veces que tuvimos que pararnos para mear, ya que por ser personas mayores, tenemos las próstatas hechas polvo.

 

Llegando a Madrid me quedé dormido, y desperté en la M-40, donde el que conducía, se había ubicado en el tercer carril, y no era capaz de salir de él. No es que hubiera mucho tráfico. Es que se acobarda en ciudades desconocidas. Al fin, tras mucha discusión, conseguimos salir de ese infierno y acabamos en San Sebastián de los Reyes, aparcamos en Blas de Otero casi sin gasolina, y deambulando y preguntando nos enteramos de que allí cerca había una boca de metro. Como éramos tres catetos, compramos el billete más barato, y como no queríamos preguntar, nos perdimos y acabamos en Villaverde Alto. Volvimos al subterráneo, y luego de perdernos dos o tres veces y de mil peripecias, conseguimos llegar a la manifestación un poco antes de las ocho de la tarde, cuando ya se estaba yendo la gente. Fuimos directos a Colón.

 

Lo bueno de llegar tan tarde fue que nos perdimos el mitin. Lo malo que no participamos del ambiente unitario, aunque sí tuvimos la fortuna de escuchar a Manuel Gerena cantarse unos martinetes, y a la Solfónica entonar el Himno a la Alegría con letra modificada. La Solfónica sonaba como si a un gato le hubiese pisado la cola un tractor, pero por lo emotivo nos gustó mucho y aplaudimos. Luego estando en una calle ancha, llegaron esos tíos de armadura, casco y porra, y ¡PUM! nos vimos envueltos en un fregado que sin comerlo ni beberlo, allí estábamos tres viejos deshidratados, enloquecidos por los gases lacrimógenos, asfixiados, chocándonos contra las farolas, tropezando, escuchando pelotazos silbarnos las orejas, sin ver un huevo, y sin saber por dónde coño íbamos.

 

Al final, entramos en una boca de metro, y sin equivocaciones llegamos al cabo al coche, buscamos una gasolinera y volvimos al pueblo. Nos fuimos cabreadísimos, porque nos podían haber matado o lisiado.

 

Y llega la hora de las valoraciones. ¿Quién es responsable de los incidentes? La Delegada de Gobierno, el Director General de la Policía, y los integrantes de los pelotones de la UIP. Hay que tener muy mala leche para aparecer con el uniforme de combate a molestar una convocatoria pacífica. Hay que tener muy mala hostia para provocar semejante desmadre con gente que paga sus impuestos y que ejerce su derecho de manifestación. Allí no estaba pasando nada hasta que apareció la policía con todos sus pertrechos, cargando. Ellos son los violentos, no nosotros.

 

Esto hay que aclararlo: la violencia en España, es estructural, tiene su origen en muy diversos puntos: la crisis, la pobreza, los desahucios, la ruina de familias enteras, la juventud en el paro, sin horizontes de ningún tipo, viejos en la miseria, mujeres limpiando para mantener a diez personas, enfermos en condiciones penosas, leyes restrictivas, represivas, que atentan contra la identidad colectiva, contra las mujeres, contra los emigrantes, mil situaciones horribles… 

 

Y de la otra parte, una justicia que solo da garantías si el apellido del llamado a declarar es importante, o es rico, o puede dilatar el proceso, para finalmente ser indultado. Aquí se va a la cárcel por chorradas, mientras que auténticos truhanes viven a todo tren, subcontratando, declarando ERES, bajando los salarios, subiendo jornada, amenazando con despedirte, manipulando a la opinión pública con medios de comunicación rastreros, ejecutando desahucios… Etc.

 

Ese es el origen de la violencia: una situación que hace que los gobiernos para defender el tesoro público y la Banca, empleen antidisturbios, policías, jueces y militares…

 

Esa situación polarizada de pueblo y policías, hace que cuando se encuentran ambos polos, salten chispas. Y no se puede hablar de ciudadanos “violentos”. Porque tú eres el violento señor poli. ¿Acaso vas dando flores y buenos consejos al pueblo? No. Tu vas repartiendo candela, y eso es violencia.

 

En la prensa dicen que hay lesionados cincuenta o cien policías. ¿Y qué esperabais jugando a Rambo? A ti te dicen los corruptos que avances contra una multitud desconocida… ¿Y tú avanzas? A ti te dicen los ricachones que disuelvas una acampada… ¿Y vas y les cargas a chavales y a chavalas? Tú, a las órdenes de ladrones de guante blanco, le pegas a personas dignas, ¿y esperas que corran? Hombre por favor, menos victimismo porque te hayan tirado una piedra, que también caen albañiles de los andamios sin tanta alharaca. Y mucho ojo hijos míos, que el día menos pensado os pasa como a los antidisturbios en Ucrania y os vais a llevar una buena sorpresa, que vuestros mandos se van a lavar las manos mientras vosotros pedís asilo político en la embajada de la Federación Rusa.

 

Así que esto digo yo : haya paz para todos, y después gloria. Vivan las Marchas de la Dignidad.

 
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