De Marchas de la Dignidad 1

Empezaré por el principio: Salimos a las dos la madrugada del viernes-sábado para Madrid, en uno de los buses y ya empecé a apuntar en una libretica que me llevé el inicio del viaje, pero la libretica la he perdío así que te voy a contar, sin haber podido dormir aún en orden, de memoria. 

 

Antes de subir un muchacho muy tri-colorido nos mostraba su inquietud por los posibles altercados que podían "provocar" los violentos que se ocultan bajo capuchas... Dio en hueso con los cuatro que le escuchábamos y aprovechamos para decirle que los violentos no solo se ocultan bajo cascos (que no capuchas), sino que además llevan protección contra golpes, armamento y material dañino y encima quedan impunes en el ejercicio de la más inhumana violencia.

 

Viaje de ida imposible de dormir porque nada más coger su asiento muchos comenzaron a descalzarse y a comer cosas con un horroroso olor a colesterol grasiento y a estabilizantes o conservantes artificiales, a vé quien es el guapo que duerme con la peste agarrá al fondo del paladar...

 

Llegamos a Rivas pasadas las ocho de la mañana, sin ningún percance. En Rivas fuimos a un polideportivo donde esperaban, para que continuáramos caminando con ellos hacia La Plaza de la Constitución (también conocida como Plaza Roja) en Vallecas, los compañeros de diversos colectivos, encontramos caras conocidas y caras nuevas que nos recibieron acogedoramente y allí pudimos desayunar gracias al esfuerzo de los voluntarios.

 

Otros compañeros y yo teníamos planeado ir en metro hasta Vallecas para ahorrarnos la caminata, terminamos caminando tanto o más que los que llegaron solamente andando, aunque nos sirvió para mantenernos despiertos y para conocer algo de Madrid, utilísimas las líneas y estaciones de metro para ubicarse y extraordinarias la amabilidad y la exactitud de los madrileños cuando se trata de indicar una dirección. 

 

A la hora de comer llegamos a la Plaza Roja en Vallecas donde fueron llegando cientos autobuses desde todo el país y bajando miles y miles de personas con pancartas y toda clase de elementos propagandísticos de partidos, plataformas y sindicatos; orquestas de viento y percusión y mucho ambiente de camaradería entre los distintos grupos políticos y sindicales. Comimos un bocata allí y salimos para Tirso de Molina a unirnos con el bloque anarquista hasta Colón. Después de la noche sin dormir y la mañana de caminata, parece mentira, pero allí nos hemos vuelto a reactivar otra vez y hemos salido con una alegría pa Colón que pa qué las prisas... 

 

Con el bloque anarquista primero hemos cogido una avenida mu grande cuesta abajo que hemos completado en poco tiempo, pero luego hemos girado hacia la izquierda, encontrándonos en primer lugar con la estatua de Neptuno y ahí ya se ha ralentizado la marcha como a razón de un metro por cada veinte minutos, de la impresionante cantidad de personas que recorrían o llegaban desde todas partes hasta esa avenida. Íbamos coreando consignas y cánticos propios de nuestra ideología, destacable el bloque anarco-feminista y la unión de más anarquistas que se unían también al bloque roji-negro.

 

La llegada a Cibeles tiene mención aparte, ha sido más que apoteósica la bajada de la roji-gualda de una de las astas, pero es que cuando uno de mis compañeros ha cogido la negra con la A circulada y la ha subido a ondear, ha sido la sublimación del acto. A ver si me apaño, primero a descargar las fotos y luego que haya alguna que se vea bien, que más que las prestaciones del aparato con el que hago fotos, es la falta de destreza de una servidora con todo lo digital y modelno. 

 

Bueno, transcurre más o menos igual el resto de recorrido hasta Colón, muy despacio y con un fluido constante de gentes de todas partes, hasta un grupo que ha venido en representación de la CGT francesa y ha hecho las marchas con no sé que columna de caminantes.

 

Llegamos por fin al final y me comunico con un amigo del SAT con el que quería encontrarme allí, cuando por fin lo localizo me emplaza a una zona cercana y entonces pierdo el rastro de los compañeros con los que estaba. Gracias al móvil puedo llegar a comunicarme con ellos y me dicen que están subiendo por Génova, casualmente por un punto muy cercano adonde estaba mi amigo del SAT, voy hasta allí y me encuentro primero con los compañeros y con una disposición de filas de anti-disturbios lista para cargar, que impide el avance de la marcha a una manzana del inicio de la calle Génova. 

 

Les comento a los compañeros que voy a encontrarme con mi amigo y que estén localizables con los móviles para cuando haya que volver al bus. Apenas he llegado a la avenida otra vez cuando veo que otra dotación de un buen número de antidisturbios, está tomando la calle Génova desde abajo, para mantener en una encerrona salvaje y desproporcionada, a los compañeros que quedaban a la suerte de correr lo suficiente o de meterse por donde pudieran. 

 

Los que no se han llevado balazos de bolas de goma (como uno de mis compañeros en un muslo), golpes demenciales e indiscriminados y hasta diecisiete detenciones según me han llegado a contar en el bus de vuelta, pero no podría confirmarlo.

 

Y ahora lo mejor, porque la verdá es que me lo he pasao que te cagas y la experiencia ha sido reconfortante y meraviliosa. De camino pa ir a ver a mi amigo me iba haciendo un cigarrito de yerba pa relajar el diíta lleno de tensión y en eso los antidisturbios hacían que la gente corriera y se dispersara desordenadamente, así que al final no pude encontrar a mi amigo del SAT pero, mientras me mantenía todo lo a salvo que podía entre todo el tumulto desorganizao, me he encendido el peta y cuando me lo estoy fumando recibo la llamada del compañero herido en el muslo que me dice que está al cruzar la calle y que había perdido a los demás, así que ni corta ni perezosa, me he cruzao entre dos falanges de exo-esqueletos descerebraos (y desolfatizaos) fumándome un porro que ni el Bob Marley pa re-encontrarme con el compañero, con el que he estao esquivando las cargas con todo éxito y sin tener que apretar el paso.

 

No sé por casa de quien habremos pasao, pero la gente reprendía con términos como fascista o hijoelagranputa a un tipo que andaba asomándose al balcón con una tía teñía de mechas peperas, no les he visto bien, pero me parece que eran el presi de la comunidad y su insomne esposa.

 

Justo estaba terminándome el petardo cuando hasta cuatro lecheras llenas de tiparracos aparcan delante de mí (que me he quedao a la puerta de una casa que parece una iglesia), mientras la gente corre ante los ataques de los que ya iban a pie y ante el temor de que estos se añadan a la cacería, cuando veo a mi derecha a una muchacha más joven que yo también parada y temblando, mientras hacía gestos de incomprensión y de extrañeza ante esa demostración de abuso de fuerza. Me acerqué y la agarré de la mano, los anti-disturbios pasaron totalmente de nosotras, no sé si escucharían la conversación que tuvimos sobre la ruindad de sus actos, pero casi les agradecimos que nos dieran la oportunidad de entender quien era el enemigo por encima de las diferencias que pudiesen existir ideológicamente entre nosotras y que no quisimos desvelar. Nos dijimos nuestros respectivos nombres, nos despedimos con un abrazo y me voy a guardar a Elisa en el cofre de los recuerdos pa siempre ya.

 

En lo que he esquivábamos las cargas he visto a dos... no sé como definirlos, son conocidos míos de aquí de mi pueblo, ambos andan en partidos o sindicatos reformistas y mantengo con ambos una simpática y nada desagradable relación de odio-afectuoso, aunque la mujer de uno de ellos cuenta con todo mi afecto y admiración. No es la primera vez que les veo hacerlo, son dos tipos con una complexión física impresionante y cuando ves a todos huyendo despavoridos hacia donde marcan los esbirros, mientras que ellos avanzan en dirección contraria y sin ningún miedo a partir  cascos, escudos y todo lo que se les ponga por delante que huela a armadura represiva. Les adoro cuando hacen esto, porque encima no son los típicos burros descerebraos para nada. Que penica que no sean anarquistas.

 

Bueh, pues voy derecha a dormir unas horitas porque lo de poder regresar al bus fue otra aventura y aunque he podido dormir algo no estaré muy entera hasta que coja mi cama. Por cierto, que si el olor a pieses era malo a la ida imagínate a la vuelta y encima mi compañera de asiento se arreaba unos peos pa morirse, así que he terminao con el pañuelo liao pa poder aislarme un poco. Jo que envidia me dan los anósmicos… Un beso salud.

 

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