El Yo, el Nosotros y el Ellos
Anda la cosa revuelta en el mundo de las contradicciones, con golpes de Estado en Ucrania para derribar a la derecha y poner en el poder a la derecha, o en Venezuela con estudiantes fachas que quieren derribar al gobierno de izquierdas… Nada, que no hay manera que a alguien se le ocurra derribar al Gobierno de una vez. Así que voy a dedicar esta diatriba y alguna otra, a explicar las bases jerárquicas de la vida social, en función de la distinción universal del nosotros y el ellos. No sé si tiene que ver, pero me parece que sí.
Tú eres tú, claro, pero lo que eres no es solo producto de la naturaleza. Por naturaleza…, succionas, lloras, ves, respiras, defecas… Fuera de eso, en buena medida eres globalmente, lo que ha hecho de ti el nosotros. Tu familia, tus amigos, el barrio, el entorno.
Por lo tanto tú tienes un temperamento, una sensibilidad, un carácter, unas inclinaciones, unos gustos, preferencias, manías, odios… Tal vez naturales, que tienen que desenvolverse en un nosotros colectivo, que para percibirse tiene que contrastarse en un ellos. Sin ellos, no hay nosotros que valga la pena.
Esta distinción del nosotros y el ellos es universal. A los humanos nos encanta clasificarnos y etiquetarnos. Y esta manía tiene la propiedad de legitimar la desigualdad. La gente interpreta erróneamente las costumbres o forma de vida de los otros, como producto de una naturaleza distinta de la del nosotros. Entienden que las diferencias biológicas (tono de la piel, color del pelo o de los ojos), influyen de manera determinante en las capacidades cognitivas, la manera de vestirse, los gustos musicales, los dioses a los que se adoran, o la manera de decir “pato”. Y eso se hace para determinar que ellos, son unos bárbaros, inferiores, toscos, carentes de educación, diferentes, y que la forma superior, correcta, la buena, la que nos hace ser felices y especiales, es la manera de vivir nuestra.
La superioridad del grupo propio con respecto al de los otros, se ha planteado de muchos modos. Tradicionalmente mediante el discurso racista, que establecía que la raza superior es la blanca. O mediante el discurso machista, que afirma que de manera natural las mujeres ocupan el espacio del hogar, en tanto que a los hombres se les destina el de los negocios, el trabajo, la calle. O el discurso clasista, que establece que los trabajadores están donde están, porque son un poco tontos. O con el discurso nacionalista, que establece límites arbitrarios por los que matarse, ya que el extranjero es un envidioso que viene a robar nuestros maridos… Hay multitud de discursos (políticos, religiosos, deportivos…) que clasifican de manera jerárquica a las personas… Seguiré otro día.
Clasificar, etiquetar, jerarquizar personas… Asco de oficio científico. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno
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Comentarios
Esperando la "suite"...
Pues sí, acrato, "nosotros" es todos sin "ellos", el problema es que, para "ellos", "ellos" somos "nosotros".
Un problema serio el de clasificar, etiquetar, jerarquizar personas…, que al dejar de ser científico y convertirse en político ha provocado el desmadre que conocemos.
El sentido común parece indicar que la solución sería no clasificar, etiquetar, jerarquizar personas… Pero el otro problema, quizás más grave, es que el sentido común es el menos común de los sentidos. Y si a eso le agregas que el "objeto" del deseo es tener, "nosotros" más que "ellos" y viceversa, ahí tienes materia para seguir reflexionando no sólo otro día sino muchos, muchos días más; pues ni siquiera los que tienen mucho se sacian de tener tanto.
Abrazos