Cuando los pobres son de derechas

No hay remedio para las ideas extraordinarias e irracionales. Por fantásticas que sean, como se le metan en la mollera a la prestigiosa audiencia, no salen de allí ni con tenazas. Hoy me refiero no a las ideas extraordinarias de los que van a votar a opciones llamadas minoritarias. Vamos a comentar, como el que estudia las entrañas de un besugo, a los millones de obreros, pobres y menesterosos, que van a votar al PP. Eso sí que da que pensar.

Resulta que son los mismos, o parecidos, que en su día cambiaron el sentido de su voto, y en lugar de darlo al PP, tras los atentados de los trenes de Madrid, y la cantidad de mentiras dichas en esos días de 2004 por los gobernantes derechistas, decidieron acudir a las urnas y encumbrar al señor Zapatero y a su partido, llamado socialista, obrero y de aquí. Vale. Ahora, con la mirada extraviada, esos votantes a los que se les ha bajado el sueldo, que no saben dónde meter cabeza, se les ocurre (inducidos por discursos que circulan en los medios) que será una gran idea votar a Rajoy, el de los hilillos del Prestige. «Hace falta un cambio —dicen los pollos—, estos que están no pueden seguir». Y, nada, para ellos la alternativa seria y responsable es votar a los populares. Y añaden al discurso, que Rubalcaba es el que dio el chivatazo del faisán, o cualquier jodiura relacionada con ETA, con las que la tele de extrema derecha inunda las cabezas de la gente a la hora de la siesta. O sí, qué terrible es lo del faisán, peor incluso que la ley Sinde. Ay.

Si el bondadoso Acratosaurio les recuerda a los electores que  esos populares son los mismos que mandaban en el 2001, los que metieron al ejército en Iraq, los que impulsaron el encarecimiento de la vivienda tanto que no hay obrero que compre una, los que manejan el tráfico de influencias…, se encogen de hombros, porque «a alguien hay que votar» y porque «no votar no arregla nada».

Y es cierto, la abstención no arregla las cosas. Pero votar al poderoso, tampoco. Y la pregunta es simple: Oh elector inasequible al desaliento, tú que votaste ayer al PP, mañana al PSOE, o a CIU, o al PNV…, o a cualquiera de los partidos con mando gubernamental, pasado mañana, cuando te aprieten esos tragapanes un poco más la bota que te ponen en el cuello… ¿De qué vas a quejarte, so tarugo, cuando has sido tú el que les diste permiso? ¿Qué les dirás a los que no han colaborado firmando un cheque en blanco? Claro, votar es la salida que le dejan a la blanca ratita, en el laberinto del sicólogo conductista.

Ideas extraordinarias y votantes racionales, objeto de estudio para visitantes marcianos. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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