La solución del problema revolucionario
Enviado por Acratosaurio rex en Mié, 22/12/2010 - 10:39
Durruti me contó en 1960, tomando un café en Berlín, que cuando acabaron los combates del 20 de julio de 1936, mientras curaban la herida de Ascaso, llegó Federica gritando como loca “¡La Revolución!, ¡es la Revolución! [miradas de estupor], ¡que ha llegado cojones!”, y Juan, Francisco y José respondieron ”¿ya?, ¡no jodas!, ¡ostras!”. Ninguno de los tres se había dado cuenta. Miles de personas estaban en la calle, destruyendo el viejo régimen, sin esperar la consigna de nadie.
Decía el IV Congreso, que la revolución se inicia cuando choca la conciencia personal con el Estado de las Cosas (1). ¿Y eso cuándo ocurre? No se sabe.
La revolución es siempre imprevisible, imposible de dirigir por parte de sus amigos, aunque sí se puede contener por parte de sus enemigos. Porque el impulso revolucionario, o se une a los que brotan por todas partes, o acaba diluido en otro poder que lo anula. Que es lo que ha pasado siempre. Por desgracia, los peores enemigos de la revolución, han sido los post-revolucionarios.
Por eso los anarquistas no intentan “dar la línea”, no quieren reclutar adeptos y formar cuadros. Él o la anarquista procura ser uno más, comprender lo que sucede, participar en lo que surge, promover la reflexión, impulsar soluciones ante los problemas tácticos y estratégicos, contribuyendo a la organización, expansión y diversificación de las tendencias populares más radicales.
O sea: no podemos preparar la revolución, pero sí podemos prepararnos para ella mediante la acción y la palabra, respondiendo a estas preguntas inconcretas allí dónde estemos: ¿cómo podemos lograr que los que aquí estamos, nos expresemos, actuemos y obremos al margen de todo tipo de opresión, sin mediadores, sin líderes, sin sabihondos? ¿Cómo conseguir que seamos todos en uno, y uno en todos, sin perder nuestra individualidad? ¿Cómo promocionar la fuerza de la autonomía, la insubordinación y el desacato a lo que no sea libremente acordado? Muy importante: ¿Cómo evitamos convertirnos en unos insoportables gilipollas?
La respuesta se concreta siempre en tres momentos: el educativo, en el cual aprendemos a mirar los problemas desde otro punto de vista; el constructivo, mediante el que le damos solución práctica al problema planteado; el destructivo, en el que se aniquila el poder que nos oprime.
Los tres momentos se materializan entonces. Aparecen en forma de cooperativas, escuelas, periódicos, locales, empresas ocupadas, organizaciones de trabajadores, de mujeres, de jóvenes, colectivos de todo tipo, trogloditas, metalúrgicos, costras, enfermeras, buzos aerotransportados..., gente que se afana, que se equivoca, que se enfrenta, que habla, que pierde y que obtiene. Y el Poder, entonces, percibe la desobediencia, se siente impotente y lanza a toda su jauría.
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Un buen entrenamiento para un buen resultado. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
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NOTA
(1) El IV Congreso de Zaragoza de la CNT determinó en Mayo de 1936 que: “Tiene la revolución, por lo tanto, su iniciación en el momento mismo en que, comprobando la diferencia existente entre el estado social y la conciencia individual, ésta, por instinto o por análisis, se ve forzada a reaccionar contra aquél.Por ello, dicho en pocas palabras, conceptuamos que la revolución se inicia: 1º Como fenómeno psicológico en contra de un estado de cosas que pugna con las aspiraciones y necesidades individuales. 2º Como manifestación social cuando, por tomar aquella reacción cuerpo en la colectividad, choca con los estamentos del régimen capitalista. 3º Como organización, cuando sienta la necesidad de crear una fuerza capaz de imponer la realización de su finalidad biológica. En el orden externo, merecen destacarse estos factores: a) Hundimiento de la ética que sirve de base al régimen capitalista. b) Bancarrota de éste en su aspecto económico. c) Fracaso de su expresión política, tanto en orden al régimen democrático como a la última expresión, el capitalismo de Estado, que no es otra cosa el comunismo autoritario. El conjunto de estos factores, convergentes en un punto y momento dado, es el llamado a determinar la aparición del hecho violento que ha de dar paso al período verdaderamente evolutivo de la revolución.”
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Comentarios
En base a lo experimentado,
En base a lo experimentado, pienso que la revolución o se busca o no llega. Eso no significa dirigirla o planificarla a lo general militar, sino hacer lo que hace falta hacer para que se de en la medida de nuestras posibilidades, que no son tan pocas como a cierta gente acomodada en el post-revolucionarismo le interesa pensar.
El lo que hace falta hacer sí es un asunto que debe ser planificado y valorado, pero no en plan megacomuna popular, sino en plan individuo/grupo afín. Y no en plan "vamos a leer tropocientos libros para enriquecer el alma en el esfuerzo y el sacrificio" sino en plan estratega, pragmático y utilitarista. Así lo veo yo.
Un saludo acratosaurio, espero que vayas mejorando tu puntería en el tiro a la ardilla.
Respecto al tiro de ardilla,
Respecto al tiro de ardilla, sigue su evolución imparable. Hace tres días, en los montes de León, instruía al Comando Joven Implacable en el uso de las boleadoras, y tirando a una ardilla oculta en un pino, conseguí casi estrangularme con ese arma diabólica. Un saludo a ti también, y no te olvides de que lo que es de todos es como si fuera de nadie.
ya sé que me meto donde
ya sé que me meto donde nadie me ha llamado, pero espero que dejeis a las ardillas tranquilas. A mi me gustan y tambien tienen derecho a vivir la revolución.... que tambien son hijas de dios, caramba.