En la clase de Historia

Escribe, ejem, RHiA_Punk_A. Por lo visto ha tenido un rifirrafe con su profesora de Historia, Doña Carmen, una señora que dice que es MUY ESPAÑOLA. La tal Carmen, explicando la historia de los movimientos obreros, explicó tan tranquilamente, que en los países anarquistas las cosas habían sido un desastre. Hubo hambre, muerte, tumbas abiertas y esqueletos caminando.

La alumna Punk_A, le contestó que nunca existieron países anarquistas, e intentó explicar un poco de las revoluciones sociales en México, Ucrania y España. Y me cuenta literalmente:

“Entonces la mujer ma dicho que me saliera de clase, que aprenda a leer bien, que me tomo la historia a mi gusto. Y que no entiende como hay jóvenes buskando el caos o algo así… Se puso loca. No era una profesora.”

Se lamenta la alumna de la falta de apoyo del resto de la clase. Guardaron silencio. Miraron a otro lado. Y luego fueron diciendo que la alumna "es conflictiva".

En fin, vamos a dejar a un lado a la profesora, que es una calamidad que ya no tiene remedio. Vamos con la pasividad de los compañeros y a dar la clase de Historia y a buscar relaciones entre pasado y presente, como dice la ESO.

Esa pasividad, ejem, compañera Punk_A, es un efecto del adoctrinamiento que llevan a cabo todos los Estados, para acometer luego —de ser necesario— represiones más graves. Si la cosa va bien con la comedura de coco, y la gente se calla, como en tu caso han hecho tus compañeros, el Poder se conforma y no aprieta las tuercas. Hasta puede tomarse una cervecilla contigo.

Pero si se tambalean las estructuras del poder por crisis interiores o exteriores, la secuencia habitual de palos que pegan los esbirros de los mandatarios (policías, militares, maestros, periodistas, ideólogos, sabios, santos…) pasa por amonestaciones, expulsiones, despidos, detenciones, multas, destierros, encarcelamientos, deportaciones, concentración en campos, ejecuciones y exterminio. Todo ello justificado con una campaña permanente de propaganda en la que se estigmatiza al colectivo que sea: disidentes, izquierdistas, delincuentes, inmigrantes, extranjeros o grupo étnico maldito de religión y costumbre bárbara. Así la población se divide en el grupo de los que obedecen y están seguros (si obedecen), y el de los que pueden ser parasitados y pisoteados sin problemas.

Eso de aprovechar la desgracia ajena, siempre está latente. Por ejemplo, en la sociedad capitalista actual, alguien que se arruine, verá cómo sus amigos le compran a bajo precio su equipo de música, dado que existe la idea de que quien cae, es porque es tonto, se lo merece, o “algo habrá hecho”. Podéis hacer la prueba.

Ya iremos viendo las repercusiones de la Escuela Nacional en vuestras tiernas seseras, cómo los dominados colaboran en su propia destrucción, y quiénes son los que resisten. Y recordad mientras tanto, que lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.