Características fundamentales del pelaje de los partidos estalinistas: el concepto "Avanzar".

Siguiendo con los estalinistas (1), voy a comentaros lo que significa “avanzar” para esta rara especie.

Todos los partidos leninistas (los estalinistas son leninistas radicalizados) están organizados de una forma centralizada y autoritaria que denominan centralismo democrático (2), con la intención de conquistar el poder. Esos partidos tienen una Hoja de Ruta. En ella establecen que siempre han de organizar, encabezar y dirigir las luchas y conflictos de los trabajadores (3). Para ellos es prioritario situarse al frente de los diferentes movimientos que surjan, y encauzarlos dándoles una dirección política. Estos movimientos han de estar separados de manera nítida del partido, que es el que dará las órdenes con mucha ciencia.

Los leninistas defienden la necesidad de una dictadura revolucionaria (4) en la que el Estado (vigilado por el Partido) funciona como arma de los trabajadores para luchar contra burgueses, saqueadores, violadores e incendiarios. Contra ellos, ninguna piedad. Añaden que las oposiciones que surjan en el seno del pueblo han de ser tratadas con bondad infinita mediante la persuasión. Nunca mediante la violencia (5). ¿Qué ocurre cuando el pueblo no es persuadido? Sin ningún problema se traslada al interfecto al campo de los bandidos saqueadores incendiarios, y ya se puede proceder contra él a base de estacazos (6). Esta misma política dictatorial puede ser llevada a cabo antes de la conquista del Estado (siempre que se pueda).

En definitiva, la estrategia estalinista es la de movimientos de masas de funcionamiento relajado dirigidos desde el partido. La dictadura invisible.

¿Qué cosa molesta sobremanera a los estalinistas? Que se cuestione su liderazgo político. Si ellos van a una reunión con la perra de la Autodeterminación, la República y el Socialismo, no se te ocurra enmendarles la plana, porque iniciarán una discusión que no tendrá fin, y en el camino, al cabo de horas o días, te llamarán fascista, burgués, a sueldo de la CIA y demás. Y el ambiente se enrarece con los meses, y la gente acaba considerando normal que marginen o le den de hostias a alguien, si opina algo que no haga avanzar a la prestigiosa vanguardia.

Para rematar la jugada, siempre andan con la cosa de la unidad y la lucha en la calle. Con lo cual obligan a millones de jóvenes a quedarse en sus casas para no coincidir con ellos.

O sea, Los estalinistas procuran ser la dirección y guía del pueblo invadiendo los movimientos sociales. Sienten que los dirigen cuando en la pancarta de cabecera de las manifestaciones van sus líderes, se ponen sus consignas, los panfletos difunden sus consignas y cuando los manifestantes gritan sus consignas como un mantra. Entonces son muy felices y se inventan otra consigna que puede ser opuesta a las anteriores. A eso le llaman “avanzar”.

Por la felicidad de los estalinistas, consignas aceptadas hasta en la sopa. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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NOTAS.

(1) El tema de la Unidad y los estalinistas está tratado en

http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/11831

(2) Trotski, aunque no fue estalinista (lo mataron los estalinistas), define con exactitud, de manera clara y sin ambigüedades lo que es el centralismo democrático en las líneas que siguen (muy largas, advierto):

“Sobre el centralismo democrático
Unas pocas palabras acerca del régimen del partido
8 de diciembre de 1937
A los directores del Socialist Appeal:

Durante los últimos meses he recibido cartas en referencia al régimen interno de un partido revolucionario de varios camaradas aparentemente jóvenes y a quienes no conozco. Algunas de estas cartas se quejan de la “falta de democracia” en su organización, del dominio de los “dirigentes” y cosas por el estilo. Camaradas individuales me piden que dé una “fórmula clara y exacta sobre centralismo democrático” que impediría falsas interpretaciones.
No es fácil contestar estas cartas. Ninguno de mis corresponsales trata de demostrar clara y concretamente con ejemplos actuales dónde yace la violación de la democracia. Por otro lado, en cuanto a mí, un testigo, puede juzgar en base a su periódico y sus boletines que la discusión en su organización se dirige con libertad total. Los boletines están elaborados principalmente por representantes de una pequeñísima minoría. Me han dicho que lo mismo sucede en sus reuniones para discutir. Las decisiones no han sido tomadas todavía. Evidentemente se tratarán a través de una conferencia escogida libremente. ¿En qué entonces podrían haberse manifestado las violaciones de la democracia? Esto es difícil de entender. Algunas veces a juzgar por los tonos de las cartas, es decir, por el carácter amorfo de las quejas, me parece que quienes se quejan están simplemente descontentos con el hecho de que a pesar de la democracia existente, ellos evidencian ser una pequeña minoría. A través de mi propia experiencia sé que esto es desagradable. ¿Pero dónde está la violación de la democracia?
Tampoco pienso que pueda dar una fórmula tal sobre centralismo democrático que “de una vez por todas” elimine malentendidos y falsas interpretaciones. Un partido es un organismo activo. Se desarrolla en la lucha contra obstáculos exteriores y contradicciones internas. La descomposición maligna de la Segunda y la Tercera Internacional bajo las condiciones severas de la época imperialista crea para la Cuarta Internacional dificultades sin precedentes en la historia. No se puede triunfar sobre ellas con cierta clase de fórmula mágica. El régimen de un partido no cae hecho del cielo sino que se forma gradualmente en la lucha. La línea política predomina sobre el régimen; en primer lugar, es necesario definir problemas estratégicos y métodos tácticos correctamente con el fin de resolverlos. Las formas organizativas deberían corresponder a la estrategia y a la táctica. Solamente una política correcta puede garantizar un régimen partidista saludable. Se entiende que esto no significa que el desarrollo del partido no dará lugar a tales problemas de organización. Pero implica que la fórmula para un centralismo democrático debe encontrar inevitablemente una expresión diferente en los partidos de diversos países y en distintos estados de desarrollo de un mismo partido.
La democracia y el centralismo no se encuentran en absoluto en una proporción invariable de la una con el otro. Todo depende de circunstancias concretas, de la situación política del país, de la fuerza y experiencia del partido, del nivel general de sus miembros, de la autoridad que las directivas han logrado ganar. Antes de una conferencia, cuando el problema consiste en formular una línea política para el próximo período, la democracia triunfa sobre el centralismo. Pero cuando se trata de la acción política, el centralismo subordina a la democracia.
Esta afirma de nuevo sus derechos cuando el partido siente la necesidad de examinar críticamente sus propias acciones. El equilibrio entre la democracia y el centralismo se establece en la lucha actual, en ciertos momentos es violado y luego se restablece de nuevo.
La madurez de cada miembro del partido se expresa particularmente en el hecho de que no exige del régimen partidista más de lo que éste, puede dar. La persona que define su actitud hacia el partido por los golpes personales que le dan en la nariz es un pobre revolucionario. Es necesario, por supuesto, luchar contra todos los errores individuales de los dirigentes, toda injusticia, etcétera. Pero es necesario determinar estas “injusticias” y “errores” no en ellos mismos sino en conexión con el desarrollo general del partido a escala nacional e internacional. Un juicio correcto y un sentido de las proporciones en política son extremadamente importantes.
La persona que tiene propensión a hacer una montaña de un grano de arena puede causar mucho daño al partido y a sí mismo. La desgracia de gentes como Oehler, Field, Weisbord y otros consiste en su falta de sentido de las proporciones.
En el momento no son pocos los medios revolucionarios donde hay hombres rendidos de cansancio por las derrotas, temiendo las dificultades; hombres jóvenes prematuramente envejecidos, que tienen más dudas y pretensiones que voluntad para luchar. En vez de analizar en esencia y seriamente los problemas políticos, tales individuos buscan panaceas, se quejan todo el tiempo del “régimen”, exigen maravillas de las directivas, o tratan de ensordecer su escepticismo interior con un parloteo ultraizquierdista, Me temo que no saldrán revolucionarios de tales elementos, a menos que se cambien a sí mismos. No dudo por otra parte, que la nueva generación de trabajadores será capaz de evaluar el contenido estratégico y programático de la Cuarta Internacional y se reunirán bajo su bandera en número aun mayor. Cada revolucionario real que nota las equivocaciones del régimen partidista, debe primero que todo decirse: “¡Debemos traer al partido una docena de nuevos trabajadores!” Los jóvenes trabajadores deben llamar al orden a los escépticos, los pesimistas y los traficantes de quejas. Sólo así se establecerá un régimen partidista saludable en las secciones de la Cuarta Internacional”.
h ttp://www.ceip.org.ar/escritos/Libro5/html/T09V122.htm

(3) La necesidad de una guía correcta y científica para no perderse en el campo está siempre presente en las obsesiones de los estalinos, que se expresan en un metafórico lenguaje en el que abundan los fenómenos naturales y militares: “El frente único proletario hace surgir un ejército de obreros, que solo puede cumplir su misión si tiene a su cabeza un guía que le señale los objetivos y caminos”.
h ttp://www.pcoe.net/Libros%20digitales%20autores/Jorge%20(Georgi)%20Dimitrov_archivos/fortalecimientoylucha.pdf

(4) Sobre esa dictadura, en la teoría la dictadura proletaria es paraíso obrero, y en la práctica es como todas las dictaduras. Lo que está claro es que para los marxistas, la dictadura es necesaria. Marx lo dice así: “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado”. Marx. Crítica del Programa de Gotha.
h ttp://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gotha/gotha.htm

(5) Mao explica muy bien cómo ha de tratarse correctamente una contradicción en el seno del pueblo, y explica las bondades de la dictadura comunista en esta larga cita requerida.

“El nuestro es un Estado de dictadura democrática popular, dirigido por la clase obrera y basado en la alianza obrero-campesina. ¿Cuáles son las funciones de esta dictadura? Su primera función es reprimir, dentro del país, a las clases y elementos reaccionarios, a los explotadores que oponen resistencia a la revolución socialista y a los que sabotean nuestra construcción socialista, es decir, resolver las contradicciones entre nosotros y el enemigo interno. Por ejemplo, está dentro del marco de nuestra dictadura arrestar, juzgar y condenar a ciertos contrarrevolucionarios, lo mismo que privar por determinado tiempo de derechos electorales y libertad de expresión a los terratenientes y burgueses burocráticos. Para mantener el orden público y defender los intereses de las masas populares, también es necesario ejercer la dictadura sobre los ladrones, estafadores, incendiarios, asesinos, bandas de malhechores y otros elementos nocivos que alteran seriamente el orden público. La segunda función de esta dictadura es defender a nuestro país de la subversión y eventual agresión de los enemigos externos. En este caso, la dictadura asume la tarea de resolver la contradicción entre nosotros y el enemigo externo. El objetivo de la dictadura es proteger a todo el pueblo para que pueda dedicarse al trabajo pacífico y así transformar a China en un país socialista con una industria, una agricultura, una ciencia y una cultura modernas. ¿Quiénes ejercen la dictadura? Naturalmente, la clase obrera y el pueblo dirigido por ella. La dictadura no se aplica dentro del pueblo. Es imposible que el pueblo ejerza la dictadura sobre sí mismo, e inadmisible que una parte del pueblo oprima a otra. Los elementos pertenecientes al pueblo que infrinjan las leyes también deben ser castigados con arreglo a la ley, pero entre esto y la dictadura que reprime a los enemigos del pueblo media una diferencia de principio. Dentro del pueblo se practica el centralismo democrático. Nuestra Constitución estipula que los ciudadanos de la República Popular China gozan de libertad de palabra, de prensa, de reunión, de asociación, de desfile, de manifestación, de culto, etc. Establece, además, que los organismos del Estado practiquen el centralismo democrático y se fundamenten en las masas populares y que su personal sirva al pueblo. Nuestra democracia socialista es la democracia más amplia, una democracia que no puede existir en ningún Estado burgués. Nuestra dictadura es una dictadura democrática popular, dirigida por la clase obrera y basada en la alianza obrero-campesina. Esto significa que dentro del pueblo se practica la democracia, mientras que la clase obrera, en unión con todos los que gozan de derechos ciudadanos, los campesinos en primer lugar, ejerce la dictadura sobre las clases y elementos reaccionarios y sobre aquellos que se oponen a las transformaciones socialistas y la construcción socialista. En sentido político, por derechos ciudadanos se entienden los derechos a la libertad y a la democracia.
Sin embargo, esta libertad es una libertad bajo dirección, y esta democracia es una democracia guiada por el centralismo; no son la anarquía. La anarquía no responde a los intereses y deseos del pueblo… Bajo este sistema, el pueblo disfruta de amplia democracia y libertad, pero, al mismo tiempo, debe mantenerse dentro de los límites de la disciplina socialista. Todo esto lo comprenden las grandes masas populares... Abogamos por una libertad bajo dirección y una democracia guiada por el centralismo, pero con esto no queremos decir en ningún sentido que, en el seno del pueblo, deban emplearse métodos coercitivos para resolver los problemas ideológicos y los problemas relativos a la distinción entre lo correcto y lo erróneo. Pretender solucionar estos problemas utilizando órdenes administrativas y métodos coercitivos no sólo sería inútil, sino perjudicial. No podemos abolir la religión por medio de órdenes administrativas, ni obligar a la gente a no creer en ella. No se puede forzar a la gente a que abandone el idealismo, del mismo modo que no se la puede compeler a aceptar el marxismo. Los problemas de carácter ideológico y las controversias en el seno del pueblo únicamente pueden resolverse empleando métodos democráticos -- discusión, crítica, persuasión y educación --, y en ningún caso recurriendo a métodos coercitivos o represivos.”

(6) Para los dirigentes estalinistas, expulsar lastre (opositores) de los movimientos sociales, es fundamental para que el movimiento alcance sus objetivos. Dicho de manera educada y visionaria lo dicen así:

“Todo movimiento se fortalece depurándose, es decir, restando, quitándose de encima a los elementos dudosos, vacilantes, diletantes, inestables, charlatanes y vociferantes cuya única preocupación es el pasado, lo muerto, que tratan de empantanarnos a todos en sus errores de siempre y no saben apreciar el futuro, lo vivo, lo que se va abriendo camino en medio del marasmo cotidiano de la lucha… cuando alguien califica de fascista al leninismo, entra dentro de las filas de la burguesía y, por tanto, nos va a tener enfrente porque nosotros no debatimos con la burguesía: la combatimos”
htt p://www.antorcha.org/cast/antifa.htm

Y dicho de manera más corriente, así: “Eso es increvantable, somos y seremos antifas por encima de cualquiera que se meta con alguno de nosotros, somos un ejercito con una sola idea: acabar con el fascismo este donde este. Me la pelan vuestros libros, no necesito mas que una idea, dos puños y una estrategia para pisar a todo aquel que insulte a los mios. os avisamos”.

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